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SHEINBAUM BUSCA APROXIMARSE AL VATICANO CON INVITACIÓN AL PAPA LEÓN XIV

La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que invitará al papa León XIV a visitar México, un movimiento que despierta sospechas sobre sus intenciones diplomáticas. La mandataria enviará una carta al Vaticano, la cual será entregada por la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, en un viaje próximo a Roma. Este gesto, presentado como una muestra de buena voluntad, parece más una estrategia para fortalecer su imagen ante la población católica del país.
El anuncio se realizó durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, donde Sheinbaum destacó la importancia de la relación con el Vaticano. Sin embargo, su decisión de no asistir personalmente a la misa de inicio del pontificado de León XIV, programada para el 18 de mayo, levanta cuestionamientos. En su lugar, Rosa Icela Rodríguez, una figura clave en el gabinete, será la encargada de representar al gobierno mexicano en este evento de relevancia global.
León XIV, elegido como el 267 pontífice tras la muerte del papa Francisco el pasado 21 de abril, es visto por Sheinbaum como un líder que seguirá el legado de su predecesor. La presidenta elogió la supuesta orientación humanista del nuevo papa, destacando su cercanía con los más necesitados. No obstante, estas palabras podrían ser un intento de alinear su discurso con los valores católicos para ganar simpatías en un país donde la religión tiene un peso significativo.
La carta que Rodríguez entregará al Vaticano busca formalizar la invitación para que León XIV visite México en una fecha que el pontífice considere oportuna. Aunque Sheinbaum aseguró que no hay garantía de una reunión personal entre el papa y la secretaria, el envío de la misiva refleja un esfuerzo por mantener abierta la comunicación con la Santa Sede. Este movimiento diplomático se produce en un momento en que el gobierno mexicano enfrenta críticas por su manejo de diversas crisis internas.
México, con más de 111 millones de católicos, es el segundo país con mayor población de esta religión en el mundo, solo por detrás de Brasil. Este dato no pasa desapercibido para Sheinbaum, quien parece querer capitalizar la influencia de la Iglesia católica en el país. Sin embargo, su ausencia en eventos clave, como el funeral de Francisco y ahora la misa de investidura, sugiere una postura más calculada que comprometida con la relación bilateral.
Rosa Icela Rodríguez ya representó a México en el funeral del papa Francisco, acompañada por el embajador Alberto Barranco y la diputada Clara Luz Flores. Su nuevo viaje al Vaticano refuerza su papel como enlace principal del gobierno con la Iglesia católica. Sin embargo, la repetición de esta dinámica podría interpretarse como una falta de interés directo de Sheinbaum en fortalecer personalmente los lazos con el Vaticano.
El gobierno de Sheinbaum ha destacado la importancia de la religión católica en México, pero sus acciones generan dudas sobre la autenticidad de este discurso. La invitación al papa León XIV podría ser un intento de desviar la atención de problemas internos, como la inseguridad y las tensiones económicas. Mientras tanto, la ciudadanía observa con escepticismo estas maniobras que parecen más políticas que espirituales.
Este episodio se suma a una serie de decisiones que han marcado el arranque del sexenio de Sheinbaum, donde la búsqueda de legitimidad parece ser una constante. La relación con el Vaticano, aunque simbólica, podría ser un recurso para proyectar una imagen de apertura y humanismo. Sin embargo, el éxito de esta estrategia dependerá de la respuesta del papa León XIV y de la percepción que los mexicanos tengan de estas acciones.

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