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Los Alegres del Barranco enfrentan la justicia por glorificar al narco en Jalisco

El grupo musical Los Alegres del Barranco está en el ojo del huracán tras ser vinculado a proceso por apología del delito en Jalisco. La agrupación, junto con su representante y promotor, fue señalada por proyectar imágenes de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, durante un concierto en Zapopan. Este caso ha desatado un intenso debate sobre los límites de la música regional mexicana y su relación con la narcocultura.
La audiencia, celebrada en los Juzgados de Control y Juicio Oral del penal de Puente Grande, marcó un precedente en la lucha contra la glorificación del crimen organizado. El juez impuso medidas cautelares estrictas: los acusados no podrán salir de Jalisco, salvo para tres presentaciones previamente programadas, y deberán firmar semanalmente en el juzgado. Además, mantienen una garantía económica de 1.8 millones de pesos, equivalente a 300 mil pesos por cada uno.
El caso se remonta al 29 de marzo, cuando Los Alegres del Barranco interpretaron narcocorridos como “El del Palenque” y “701”, dedicados a “El Mencho” y Joaquín “El Chapo” Guzmán, en el Auditorio Telmex. Las imágenes proyectadas durante el evento, que exaltaban a estos líderes criminales, provocaron indignación y llevaron a la Fiscalía de Jalisco a abrir cuatro carpetas de investigación contra la banda.
La controversia no se detuvo ahí. En presentaciones posteriores en Cihuatlán, Tequila y Villa Purificación, el grupo continuó proyectando letras de corridos que, según las autoridades, hacen referencia directa al crimen organizado. En Cihuatlán, incluso usaron pantallas para que el público cantara las canciones, una táctica que no los eximió de la investigación.
El artículo 142 del Código Penal de Jalisco establece que la apología del delito puede castigarse con hasta seis meses de prisión. Aunque la Fiscalía solicitó prisión preventiva, el juez optó por medidas cautelares, considerando que el delito no justifica una reclusión inmediata. Sin embargo, la resolución final podría endurecer las consecuencias para los músicos.
Este proceso ha reavivado el debate sobre los narcocorridos en México. Mientras algunos defienden el género como una expresión cultural, otros lo señalan como un factor que normaliza la violencia. En Jalisco, las autoridades han intensificado sus esfuerzos para prohibir eventos que promuevan la narcocultura, incluyendo iniciativas de ley en varios municipios.
Los Alegres del Barranco, originarios de Culiacán, Sinaloa, ya enfrentan repercusiones internacionales. Estados Unidos les retiró sus visas de turista y trabajo, cancelando sus presentaciones en ese país. Este golpe se suma a la presión legal que enfrentan en México, donde su música ha sido vinculada directamente con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
El caso también pone en la mira a los organizadores de eventos. El representante y el promotor de la banda enfrentan las mismas acusaciones, lo que podría sentar un precedente para la industria del entretenimiento. Las autoridades han dejado claro que no tolerarán la promoción de figuras del crimen organizado, sin importar el contexto.
La próxima comparecencia del grupo está programada para el jueves, donde se revisarán las carpetas de investigación relacionadas con sus presentaciones en Villa Purificación. Mientras tanto, la sociedad mexicana sigue dividida entre quienes ven en los narcocorridos una forma de arte y quienes los consideran una amenaza a la seguridad pública.
Este caso, sin duda, marcará un antes y un después en la música regional mexicana. La justicia en Jalisco ha enviado un mensaje claro: la glorificación del narco no será tolerada, y los artistas deberán asumir las consecuencias de sus acciones.

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