En un acto de violencia que sacude a la ciudad de Chihuahua, desconocidos incendiaron seis negocios en el Centro, dejando tras de sí destrucción y miedo. El fuego, provocado intencionalmente, consumió ropa y mercancía de varios puestos ubicados en las calles Amado Nervo y Globo, según confirmaron las autoridades locales.
Martha R. S., una comerciante de 65 años, es una de las principales afectadas. Tres de sus locales fueron reducidos a cenizas. La mujer reveló a los agentes municipales que, durante la semana, recibió amenazas de un hombre y una mujer que le exigían el pago de una “cuota” para permitirle seguir trabajando. Su negativa a ceder ante la extorsión parece haber desencadenado esta tragedia.
El incendio no solo dejó pérdidas materiales. Juan Carlos M. L., un velador de 60 años, resultó herido con quemaduras de segundo grado en el hombro derecho. Fue trasladado a un hospital en un vehículo particular para recibir atención médica. La escena, descrita por testigos, fue caótica, con llamas que se extendían rápidamente por los puestos.
Tres equipos del Departamento de Bomberos, con las máquinas 18, 24 y 10, trabajaron arduamente durante más de una hora para controlar el fuego. A pesar de sus esfuerzos, la mayoría de los negocios quedaron devastados, dejando a los comerciantes en una situación de incertidumbre y temor.
La Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM) atendió el incidente y recopiló los testimonios de las víctimas. Sin embargo, hasta el momento, no se han reportado detenciones relacionadas con el caso. La falta de acción inmediata ha generado críticas entre los afectados, quienes exigen justicia.
Este no es un caso aislado. En Chihuahua, las extorsiones a comerciantes han ido en aumento, y los negocios pequeños, como los de Martha, son los más vulnerables. La “cuota” se ha convertido en una práctica recurrente de grupos criminales que operan con aparente impunidad en la región.
La ciudadanía se pregunta: ¿hasta cuándo seguirán estos actos de violencia sin una respuesta contundente de las autoridades? Los comerciantes, que apenas logran mantener a flote sus negocios, ahora enfrentan pérdidas irreparables y el miedo constante de nuevas represalias.
El incendio de anoche no solo destruyó locales, sino también la tranquilidad de una comunidad que clama por seguridad. Los afectados, como Martha, esperan que este suceso marque un punto de inflexión para que las autoridades tomen medidas efectivas contra la delincuencia.
La investigación está en curso, pero el panorama es desalentador. La sensación de inseguridad crece, y los comerciantes se sienten abandonados ante un problema que parece no tener fin. La ciudad de Chihuahua enfrenta un desafío urgente que no puede seguir siendo ignorado.