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Condenan a cuatro años de prisión a traficante de fentanilo en la CDMX: un golpe insuficiente contra la crisis de inseguridad

En un nuevo capítulo de la lucha contra el narcotráfico en México, un hombre identificado como Jesús Jiménez Montes fue sentenciado a cuatro años y ocho meses de prisión en la Ciudad de México. El sujeto fue detenido en enero de 2025 en la alcaldía Gustavo A. Madero, portando una caja con 9,979 pastillas de fentanilo, una droga que ha desatado una crisis de salud en varios países.
La detención ocurrió en la colonia Guadalupe Tepeyac, cuando elementos de la Policía Federal Ministerial, en coordinación con Interpol-México, interceptaron al ahora condenado. Además de las miles de pastillas, Jiménez Montes llevaba dos teléfonos móviles, lo que levantó sospechas sobre su posible conexión con redes de distribución más amplias.
El fentanilo, un opioide sintético hasta 100 veces más potente que la morfina, ha sido señalado como una de las principales amenazas a la seguridad pública. En México, su tráfico ha crecido exponencialmente, alimentando la violencia y los cárteles que controlan su distribución. Este caso expone, una vez más, la facilidad con la que estas sustancias circulan en las calles.
La sentencia fue dictada por un juez federal del Sistema Penal Acusatorio, con sede en el Reclusorio Sur, tras un proceso que comenzó en febrero de 2025. La Fiscalía General de la República presentó pruebas contundentes que demostraron que Jiménez Montes tenía la intención de comercializar las pastillas, un delito contra la salud que sigue siendo un dolor de cabeza para las autoridades.
Sin embargo, la condena de poco más de cuatro años genera cuestionamientos. Mientras el gobierno federal presume avances en la estrategia de seguridad, casos como este reflejan que el problema del narcotráfico está lejos de ser controlado. Las calles de la capital no están exentas de esta amenaza, y la presencia de fentanilo sigue creciendo.
El decomiso de casi 10 mil pastillas es apenas una fracción de las toneladas de droga que circulan en el país. Según reportes, en los últimos años se han incautado millones de dosis en estados como Baja California, Sonora y Sinaloa, pero el flujo no parece detenerse. La porosidad de las fronteras y la falta de coordinación efectiva agravan la situación.
Este caso se suma a otros incidentes recientes en la Ciudad de México, donde se han registrado detenciones relacionadas con el fentanilo. En 2024, una mujer fue capturada con 46 bolsas de esta droga, y en 2021, otra persona vinculada a la Unión Tepito fue arrestada con 800 dosis. La reincidencia de estos eventos pone en duda la eficacia de las políticas actuales.
La crisis del fentanilo no solo afecta a México, sino que tiene un impacto devastador en Estados Unidos, donde miles de personas mueren cada año por sobredosis. La presión internacional para que México frene la producción y distribución de esta droga es cada vez mayor, pero los resultados siguen siendo insuficientes.
Mientras tanto, la ciudadanía vive con el temor de un país donde la inseguridad no da tregua. La detención de Jiménez Montes es un pequeño paso, pero está lejos de ser la solución a un problema que requiere medidas más contundentes. La pregunta sigue en el aire: ¿cuándo habrá una estrategia que realmente detenga esta ola de violencia y drogas?
La sentencia de este traficante es un recordatorio de que el combate al narcotráfico no puede quedarse en titulares. La magnitud del problema exige acciones integrales que vayan más allá de capturas aisladas, mientras el fentanilo sigue cobrando vidas y desestabilizando comunidades.

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