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Trump planea volar en un lujoso Boeing regalado por Qatar como nuevo Air Force One

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está a punto de aceptar un regalo extraordinario: un Boeing 747-800 de lujo, obsequiado por la familia real de Qatar. Este avión, conocido como un “palacio volador” por su opulencia, será utilizado como Air Force One durante su mandato. La noticia, reportada por medios estadounidenses, ha generado revuelo por las implicaciones legales y políticas de aceptar un presente tan costoso de un gobierno extranjero.
El anuncio oficial se espera durante el viaje de Trump a Medio Oriente, que incluye visitas a Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. Este será su primer viaje internacional extendido en su segundo mandato. El avión, valorado en aproximadamente 400 millones de dólares, cuenta con acabados de lujo que reflejan el gusto extravagante del magnate, quien ya lo inspeccionó en febrero en el aeropuerto de West Palm Beach, Florida.
La decisión de aceptar este Boeing surge tras los retrasos de Boeing en la entrega de los nuevos aviones presidenciales, originalmente encargados en 2017. Los dos nuevos Air Force One, cuya entrega estaba prevista para 2024, no estarán listos hasta 2029, un año después de que Trump deje la presidencia. Frustrado por esta demora, Trump optó por esta solución provisional, encargando a la empresa L3Harris la modernización del avión qatarí.
El avión será adaptado con sistemas de defensa avanzados y comunicaciones seguras para cumplir con los requisitos presidenciales. Sin embargo, expertos señalan que, a pesar de estas modificaciones, el Boeing 747-800 tendrá capacidades más limitadas en comparación con los aviones diseñados específicamente como Air Force One. Esto ha generado críticas sobre la idoneidad de usar un avión extranjero para un símbolo tan importante de la presidencia estadounidense.
Un aspecto controversial es la legalidad de aceptar este regalo. La Cláusula de Emolumentos de la Constitución de Estados Unidos prohíbe a los funcionarios aceptar presentes de gobiernos extranjeros sin el consentimiento del Congreso. Para sortear esta restricción, la Casa Blanca y el Departamento de Justicia han preparado un análisis que permite al Departamento de Defensa aceptar el avión, con la condición de que sea transferido a la biblioteca presidencial de Trump al final de su mandato en 2029.
Esta maniobra ha levantado sospechas sobre posibles conflictos de interés, especialmente considerando la relación de Trump con Qatar. Durante su primer mandato, Trump inicialmente apoyó un boicot contra Doha liderado por países árabes, pero luego cambió su postura y elogió al gobierno qatarí. La aceptación de un regalo tan valioso podría interpretarse como un gesto diplomático con implicaciones políticas.
El avión, operado previamente por el gobierno de Qatar, es un símbolo de lujo con interiores que incluyen acabados dorados y detalles en cuero, alineados con el estilo característico de Trump. Aunque será usado como Air Force One, su transferencia a la biblioteca presidencial plantea preguntas sobre cómo Trump podría seguir utilizándolo como ciudadano privado, un hecho sin precedentes en la historia reciente de Estados Unidos.
La noticia también ha reavivado el debate sobre la influencia extranjera en la política estadounidense. Mientras algunos ven el regalo como un acto de buena voluntad, otros lo consideran un riesgo para la independencia de la presidencia. Por ahora, Trump parece decidido a convertir este “palacio volador” en el nuevo emblema de su administración, marcando un capítulo más en su controvertida trayectoria política.

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