El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó su profunda frustración con el sistema judicial por obstaculizar su ambiciosa política de deportaciones masivas. En un mensaje publicado en su red social Truth Social, el mandatario afirmó que el país enfrenta una crisis sin precedentes debido a la presencia de millones de inmigrantes indocumentados.
Trump aseguró que Estados Unidos ha sido “invadido” por 21 millones de extranjeros ilegales, a quienes calificó como criminales y asesinos de alto nivel. Según el presidente, estas personas representan una amenaza para la seguridad nacional y el bienestar del país, y su expulsión es una prioridad urgente.
El líder republicano criticó duramente a los jueces, a quienes acusó de formar parte de un sistema judicial “radicalizado e incompetente”. Trump argumentó que estas decisiones judiciales impiden que cumpla con el mandato que le otorgaron los votantes en las elecciones de noviembre, donde obtuvo una victoria contundente frente a la demócrata Kamala Harris.
En su mensaje, el presidente insistió en que si no se permite la deportación de estos inmigrantes, Estados Unidos se convertirá rápidamente en una “nación del tercer mundo asolada por el crimen”. Estas declaraciones reflejan la retórica dura que Trump ha mantenido desde su campaña electoral, enfocada en endurecer las políticas migratorias.
El mandatario también instó a los abogados del Ejecutivo a destacar la gravedad de la situación ante el Tribunal Supremo y otras cortes. Para Trump, las restricciones judiciales no solo retrasan su agenda, sino que comprometen el futuro del país y su capacidad para recuperar su “grandeza”.
La política de deportaciones masivas de Trump ha enfrentado múltiples obstáculos legales desde su llegada al poder. Jueces federales han bloqueado varias de sus medidas, argumentando que violan el debido proceso y los derechos de los migrantes, lo que ha generado un choque constante entre la Casa Blanca y el poder judicial.
A pesar de las críticas, Trump mantiene su postura de mano dura contra la inmigración irregular. Sus declaraciones han avivado el debate sobre el impacto de estas políticas, tanto en las comunidades migrantes como en la economía y la seguridad de Estados Unidos.
El enfrentamiento entre Trump y los jueces promete intensificarse en los próximos meses, mientras el presidente busca cumplir con una de sus promesas de campaña más controvertidas. Por ahora, el futuro de su plan de deportaciones sigue en manos de los tribunales.