Autoridades del Estado de México asestaron un golpe contra la tala clandestina en Coatepec Harinas, donde aseguraron más de mil rollos de madera de dudosa procedencia. El operativo, realizado en una zona boscosa del municipio, dejó al descubierto la magnitud del problema ambiental que azota la región.
La Secretaría de Seguridad del Estado de México encabezó la operación, en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional, la Guardia Nacional, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Este esfuerzo conjunto buscó frenar las actividades ilícitas que devastan los bosques mexiquenses.
En total, se confiscaron 83 metros cúbicos de madera, equivalente a más de mil rollos. La carga, que no contaba con documentación que acreditara su origen legal, fue trasladada a un depósito oficial para su resguardo, mientras las investigaciones continúan.
Coatepec Harinas, ubicado en una región rica en recursos forestales, ha sido señalada como una de las zonas críticas por tala ilegal en el Estado de México. La explotación desmedida de madera pone en riesgo no solo la biodiversidad, sino también los ecosistemas que proveen agua y oxígeno a la población.
El operativo se llevó a cabo tras denuncias ciudadanas que alertaron sobre movimientos sospechosos en la zona. Los agentes recorrieron áreas boscosas de difícil acceso, donde encontraron la madera apilada y lista para ser transportada, presuntamente por grupos dedicados a esta actividad ilícita.
La tala clandestina no solo afecta el medio ambiente, sino que también genera pérdidas económicas para las comunidades que dependen de los recursos forestales. Además, estas actividades suelen estar vinculadas a redes delictivas que operan con impunidad en diversas regiones del país.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la tala ilegal sigue siendo un desafío mayúsculo en el Estado de México. Municipios como Ocuilan, Xalatlaco y Zinacantepec también han reportado problemas similares, lo que evidencia la necesidad de estrategias más robustas para proteger los bosques.
Las autoridades afirmaron que los operativos continuarán para desmantelar aserraderos clandestinos y capturar a los responsables. Sin embargo, la ciudadanía exige mayor vigilancia y sanciones más severas para quienes atentan contra el patrimonio natural.
Este decomiso representa un paso en la lucha contra la depredación forestal, pero el camino es largo. La preservación de los bosques mexiquenses requiere no solo de acciones policiales, sino también de políticas públicas que promuevan el uso sustentable de los recursos naturales.
La sociedad civil y las comunidades locales han alzado la voz, demandando que se frene de una vez por todas la tala indiscriminada. La protección del medio ambiente, coinciden, es una responsabilidad compartida que no puede esperar más.