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Estados Unidos cierra la frontera con México al ganado mexicano por una plaga devastadora

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha cerrado la frontera con México a las importaciones de ganado vivo, caballos y bisontes a partir de este 11 de mayo. La razón es la presencia del gusano barrenador, una plaga que amenaza con causar estragos en la industria ganadera. La medida, anunciada por la secretaria estadounidense Brooke Rollins, busca proteger la agricultura de su país ante un riesgo que, según ella, podría replicar una crisis que tomó 30 años en superarse.
El gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, ha condenado la decisión. Julio Berdegué, titular de la dependencia, expresó su desacuerdo en redes sociales, calificando la medida como desafortunada aunque comprensible. Aseguró que México trabaja en coordinación con Estados Unidos para llegar a un acuerdo lo antes posible, pero la tensión entre ambos países es evidente.
El gusano barrenador, causado por la mosca Cochliomyia hominivorax, es una plaga endémica en América. Sus larvas se alimentan de tejido vivo, afectando a mamíferos como el ganado e incluso, en casos raros, a humanos. En noviembre de 2024, un caso en Chiapas ya había provocado un cierre temporal de la frontera, y la reincidencia de la plaga ha encendido las alarmas en la región.
México ha invertido más de 165 millones de pesos en estrategias para combatir el gusano barrenador. Entre las medidas está la liberación de millones de moscas estériles en Chiapas y Tabasco, una técnica que busca reducir la población de la plaga. Sin embargo, Estados Unidos ha cuestionado la efectividad de estas acciones, señalando restricciones operativas y aranceles que complican la cooperación bilateral.
La suspensión afecta directamente a estados del norte como Chihuahua, Sonora, Coahuila y Tamaulipas, donde la exportación de ganado es un pilar económico. En el ciclo 2023-2024, México exportó 1.3 millones de cabezas de ganado a Estados Unidos, un aumento del 37.8% respecto al periodo anterior. El cierre pone en riesgo esta industria, generando preocupación entre los ganaderos mexicanos.
Las tensiones no son nuevas. A finales de abril, Estados Unidos amenazó con cerrar la frontera si México no eliminaba restricciones a vuelos que dispersan moscas estériles y aranceles a equipos de erradicación. Aunque se alcanzó un acuerdo temporal, el nuevo cierre sugiere que los problemas de fondo persisten, complicando la relación comercial.
El impacto económico podría ser severo. Miles de cabezas de ganado están detenidas en la frontera, y los ganaderos enfrentan pérdidas significativas. La Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas estimó que un cierre previo dejó 75 mil cabezas varadas, equivalentes a 75 millones de dólares. La situación actual podría agravar estas cifras.
México insiste en que actúa como una barrera natural para evitar que la plaga llegue a Estados Unidos. Berdegué ha destacado que el país no solo protege su ganadería, sino también la de su vecino del norte. Sin embargo, la falta de un protocolo claro y la desconfianza de Estados Unidos mantienen la incertidumbre.
La negociación entre ambos países será clave en los próximos días. Mientras México busca soluciones, el cierre de la frontera pone en jaque una industria vital y evidencia los retos de la cooperación binacional. La resolución de este conflicto determinará el futuro de miles de productores mexicanos.

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