José Ramiro López Obrador, hermano del expresidente Andrés Manuel López Obrador y actual secretario de Gobierno de Tabasco, enfrentó el rechazo del pueblo de Balancán. La noche del 11 de mayo de 2025, tras una reunión en el Instituto Tecnológico Superior de los Ríos, fue abucheado y prácticamente expulsado por asistentes indignados. Los gritos de “buitre, buitre” resonaron mientras abandonaba el lugar, en medio de un ambiente cargado de tensión.
El conflicto tiene raíces en la represión del 7 de mayo, cuando la Policía Estatal y la Guardia Nacional disolvieron con gas lacrimógeno un plantón estudiantil en el mismo instituto. Estudiantes y trabajadores exigían la destitución del director, acusado de corrupción, nepotismo y acoso sexual. La violenta intervención dejó 10 heridos y varias órdenes de aprehensión contra profesores, lo que desató la furia de la comunidad.
La reunión en el Tecnológico buscaba apaciguar los ánimos, pero resultó en un nuevo episodio de confrontación. José Ramiro López Obrador no presentó propuestas claras para resolver el conflicto, lo que exacerbó la frustración de los presentes. Los asistentes, entre ellos estudiantes y docentes, expresaron su hartazgo ante lo que consideran un gobierno autoritario e insensible.
El descontento en Balancán no es un hecho aislado. Desde el 2 de abril, el Instituto Tecnológico Superior de los Ríos ha sido escenario de protestas continuas. Los manifestantes han bloqueado la carretera Balancán-Villahermosa, una vía clave, para exigir una auditoría por presuntas irregularidades financieras y el cese del director Iván Arturo Pérez Martínez.
La represión del 7 de mayo marcó un punto de inflexión. Las imágenes de estudiantes enfrentando gases lacrimógenos se viralizaron en redes sociales, avivando la indignación en Tabasco. La marcha posterior, con consignas como “el 7 de mayo no se olvida”, mostró una solidaridad que va más allá de lo académico, reflejando un malestar generalizado.
José Ramiro López Obrador, conocido por su cercanía con Morena y su apoyo a Claudia Sheinbaum, ha sido una figura polémica. Su reacción ante la prensa, llamando “buitres” a los periodistas que lo cuestionaron por la inseguridad en Tabasco, ya había generado críticas. Este nuevo incidente en Balancán refuerza la percepción de un gobierno desconectado de las demandas ciudadanas.
La falta de diálogo efectivo con los estudiantes y la aparente protección a figuras políticas han alimentado las sospechas de intereses ocultos. La comunidad de Balancán exige justicia y transparencia, pero las respuestas del gobierno estatal han sido insuficientes, dejando el conflicto sin resolución.
Este episodio pone en evidencia las tensiones entre el gobierno de Tabasco, encabezado por Javier May, y una ciudadanía cada vez más harta. La salida abrupta de José Ramiro López Obrador de Balancán no solo es un revés para su imagen, sino un reflejo de los desafíos que enfrenta Morena en la entidad.