En Chihuahua, el Día de las Madres se vivió con una mezcla de alegría y melancolía, donde miles de familias se reunieron para honrar a las mujeres que dan vida y corazón a sus hogares. Desde serenatas hasta visitas a cementerios, la ciudad se llenó de gestos que reflejaron el amor incondicional hacia las mamás.
En el corazón de la capital, los restaurantes y negocios de comida se convirtieron en puntos de encuentro para las familias. Ángel Roldán, un habitante local, compartió su emoción al festejar a su madre, Pilar Duarte, en un restaurante del centro. Para él, su mamá es el pilar de la familia, un ángel que guía y protege incluso en los momentos más difíciles.
No todos los festejos se dieron entre risas y abrazos. Muchas personas acudieron a los panteones municipales para recordar a las madres que ya no están físicamente. En el Panteón Municipal Número 1, familias enteras llegaron con flores, música y herramientas para limpiar las tumbas, creando un ambiente de respeto y cariño hacia quienes dejaron un legado imborrable.
Ananí Pérez, una chihuahuense, relató su experiencia al visitar el panteón de Carrizalillo, donde descansa su madre, fallecida hace apenas cuatro meses. Con nostalgia, mencionó que cada año limpia las tumbas de su madre y su suegra, llevando flores como símbolo de amor eterno. Para ella, el Día de las Madres es también un momento para reflexionar sobre los recuerdos que atesora.
En otros hogares, las celebraciones continuaron con reuniones más íntimas. Ananí planeó una comida familiar por la tarde, con pastel y música, para compartir con sus hijos. Este contraste entre la solemnidad de los cementerios y la alegría de las reuniones familiares mostró la diversidad de formas en que Chihuahua vivió esta fecha especial.
Los cementerios no solo recibieron flores, sino también alimentos que algunas familias llevaron para compartir en las tumbas, como una forma de mantener viva la conexión con sus seres queridos. Estas tradiciones, cargadas de simbolismo, resaltaron la importancia de honrar a las madres en cualquier circunstancia.
La actividad económica también se vio impulsada por la fecha. Según la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chihuahua, se esperaba una derrama económica superior a los 30 millones de pesos. Restaurantes, florerías y otros comercios reportaron un aumento en sus ventas, reflejando el impacto de la celebración en la ciudad.
Aún se espera un análisis más detallado sobre la demanda en distintos puntos de la capital para entender el alcance económico de la festividad. Sin embargo, la derrama proyectada demuestra cómo el Día de las Madres no solo une a las familias, sino que también dinamiza la economía local.
En cada rincón de Chihuahua, ya sea en un restaurante abarrotado, un panteón silencioso o una mesa familiar, las mamás fueron el centro de atención. La ciudad demostró que, sin importar las circunstancias, el amor por las madres trasciende el tiempo y las distancias, dejando una huella imborrable en el corazón de sus habitantes.