El Aeropuerto Internacional de Newark, en Nueva Jersey, vivió otro episodio de caos este domingo debido a nuevas fallas en los equipos de control de tráfico aéreo. Por aproximadamente 45 minutos, las operaciones de despegue y aterrizaje se detuvieron, generando retrasos y molestias para miles de pasajeros. Este incidente se suma a una serie de problemas técnicos que han afectado al aeropuerto en las últimas semanas.
La suspensión temporal de vuelos fue confirmada por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos, que señaló que el fallo en los sistemas de control aéreo obligó a ralentizar el tráfico en una de las terminales más concurridas del país. Aunque las operaciones se reanudaron tras el breve paro, los retrasos en cadena afectaron a decenas de vuelos nacionales e internacionales.
Pasajeros varados expresaron su frustración en redes sociales, denunciando la falta de información clara por parte de las autoridades aeroportuarias. Algunos reportaron esperas de varias horas en las salas de espera, mientras que otros indicaron que sus vuelos fueron cancelados sin previo aviso. La situación generó un ambiente de tensión en el aeropuerto.
Este no es un caso aislado. En las últimas semanas, Newark ha enfrentado múltiples problemas relacionados con la infraestructura tecnológica y la escasez de personal en el control de tráfico aéreo. Expertos en aviación han advertido que la falta de inversión en modernización de equipos podría seguir causando interrupciones en uno de los aeropuertos clave de Estados Unidos.
El impacto de estas fallas no solo afecta a los viajeros, sino también a las aerolíneas, que enfrentan pérdidas económicas por cancelaciones y retrasos. Las compañías han tenido que reubicar pasajeros y ajustar horarios, lo que ha generado críticas sobre la gestión de la crisis por parte de las autoridades aeroportuarias.
La Administración Federal de Aviación ha prometido investigar las causas del incidente y trabajar en soluciones a largo plazo. Sin embargo, no se han proporcionado detalles sobre las medidas concretas que se tomarán para evitar que estos problemas se repitan en el futuro.
Mientras tanto, los pasajeros que planean viajar desde o hacia Newark enfrentan incertidumbre. Las autoridades han recomendado verificar el estado de los vuelos con anticipación y llegar al aeropuerto con tiempo suficiente para lidiar con posibles demoras.
Este incidente pone de manifiesto los desafíos que enfrentan los aeropuertos estadounidenses en un contexto de alta demanda de viajes. La modernización de la infraestructura y la capacitación de personal especializado serán clave para garantizar un servicio eficiente y seguro en el futuro.
La situación en Newark también ha generado críticas hacia la gestión federal de los recursos destinados a la aviación. Algunos analistas señalan que la falta de coordinación entre las agencias gubernamentales y los operadores aeroportuarios contribuye a la recurrencia de estos problemas.
A medida que el aeropuerto intenta recuperar la normalidad, los viajeros esperan que las autoridades tomen medidas rápidas para resolver las fallas técnicas y evitar más interrupciones en uno de los centros neurálgicos del transporte aéreo en Estados Unidos.