La madrugada de este domingo, un grupo de sujetos armados abrió fuego contra la presidencia municipal de Huajicori, Nayarit, dejando tras de sí un escenario de temor y destrucción. Los disparos, que resonaron alrededor de las 4:30 de la mañana, impactaron el edificio gubernamental, vehículos y comercios cercanos, según confirmaron las autoridades locales.
El ataque no dejó víctimas ni heridos, pero los daños materiales son evidentes. Una camioneta negra, presuntamente utilizada por el alcalde morenista Sergio Rangel Cervantes, recibió al menos un impacto de bala. Videos difundidos por vecinos muestran los orificios en las paredes del palacio municipal, evidencia del uso de armas de alto calibre.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de Nayarit informó que las detonaciones se registraron en las inmediaciones del edificio. Elementos de la Policía Estatal, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional acudieron al lugar para resguardar la zona y comenzar las investigaciones.
Huajicori, un municipio al norte de Nayarit que colinda con Sinaloa y Durango, lleva meses atrapado en una ola de violencia. Reportes extraoficiales señalan que la región es escenario de disputas entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, lo que ha incrementado los enfrentamientos y la inseguridad.
El gobierno municipal, encabezado por Morena, ha sido incapaz de frenar esta escalada de violencia. A principios de año, el propio alcalde Rangel reconoció que al menos cinco comunidades del municipio estaban desiertas debido al desplazamiento forzado de sus habitantes, quienes huyeron por temor a los grupos criminales.
Este nuevo ataque agrava la percepción de descontrol en Huajicori. En febrero, las autoridades cancelaron las festividades de la Virgen de la Candelaria, una de las celebraciones más importantes de la región, debido a la falta de condiciones de seguridad. Los habitantes viven con miedo constante.
La respuesta de las autoridades estatales y federales ha sido reforzar la presencia de fuerzas de seguridad en la zona. Sin embargo, los operativos no han logrado detener los actos violentos, que incluyen asesinatos, enfrentamientos y desplazamientos forzados, según testimonios de los pobladores.
El ataque al palacio municipal no solo daña la infraestructura, sino también la confianza de los ciudadanos en sus autoridades. La cabecera municipal amaneció como un pueblo fantasma, con el primer cuadro acordonado y los comercios cerrados, reflejando el impacto de la violencia en la vida diaria.
Este incidente pone en evidencia la fragilidad de la seguridad en regiones como Huajicori, donde el crimen organizado parece imponer su ley. La población espera soluciones efectivas, mientras el gobierno municipal y estatal enfrentan críticas por su falta de resultados frente a la crisis.
La situación en Nayarit sigue siendo alarmante, y este ataque armado es una muestra más de cómo la violencia se ha apoderado de municipios que alguna vez fueron pacíficos. Los habitantes de Huajicori merecen vivir sin temor, pero la realidad apunta a un camino cada vez más incierto.

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Ataque armado sacude la presidencia municipal de Huajicori, Nayarit, en plena madrugada
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