El gobierno de Claudia Sheinbaum, junto con la administración estatal de Delfina Gómez, ha puesto en marcha el programa Viviendas del Bienestar en el Estado de México, una iniciativa que promete construir 71 mil casas para los sectores más vulnerables. La meta es ambiciosa, pero las preguntas sobre su viabilidad y transparencia no se hacen esperar. ¿Será este otro plan de Morena que se queda en buenas intenciones?
Según la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), las casas contarán con tres habitaciones, un terreno de 60 metros cuadrados, un baño de 3 metros cuadrados y una cocina de 4 metros cuadrados. Además, prometen instalaciones hidráulicas, eléctricas y de drenaje. Todo suena ideal para familias de escasos recursos, pero los antecedentes de programas similares generan escepticismo.
El programa priorizará a jóvenes, madres de familia y adultos mayores, con un enfoque en zonas urbanas y semiurbanas. Sin embargo, la falta de claridad sobre los procesos de selección y los criterios para ser beneficiario levanta sospechas. ¿Quiénes realmente accederán a estas viviendas? La opacidad en la gestión de Morena no es precisamente un secreto.
Para ser parte del programa, los interesados deben ser mayores de 18 años, tener dependientes económicos y un ingreso familiar de hasta dos salarios mínimos. También se requiere un comprobante de domicilio. Aunque los requisitos parecen accesibles, la burocracia y los posibles favoritismos podrían complicar el proceso, como ha ocurrido en otros proyectos del gobierno.
Se estima que cada vivienda tendrá un costo aproximado de 700 mil pesos, una cifra que, según el gobierno, es asequible. Pero en un contexto de inflación y aumento en los costos de construcción, muchos se preguntan si este precio se mantendrá o si las familias terminarán pagando más de lo prometido. La historia de promesas incumplidas no es nueva en este tipo de iniciativas.
Además de la construcción de casas, el programa incluye apoyos para mejorar viviendas existentes. En la zona oriente del Estado de México, por ejemplo, se han entregado tarjetas con 40 mil pesos para pintura, puertas, ventanas o baños. Sin embargo, no está claro cómo se distribuyen estos apoyos ni si llegarán a quienes realmente los necesitan.
El gobierno de Delfina Gómez ha destacado que el programa busca garantizar una vivienda digna, pero las críticas no tardan en llegar. La cercanía del Estado de México con la Ciudad de México aumenta la demanda de vivienda, y programas anteriores han fallado en atenderla adecuadamente. ¿Podrá este proyecto marcar la diferencia o será solo un espejismo más?
La Conavi asegura que las viviendas cumplirán con estándares de calidad, como seguridad en la tenencia y accesibilidad. Sin embargo, la falta de un calendario claro para la entrega de las casas y la ausencia de información sobre los terrenos donde se construirán generan dudas. Los mexiquenses merecen respuestas concretas, no solo discursos.
Mientras el gobierno federal y estatal presumen este programa como un gran logro, la realidad es que su éxito dependerá de la ejecución. Los ciudadanos del Estado de México, cansados de promesas vacías, estarán atentos a los resultados. Por ahora, Viviendas del Bienestar suena bien en el papel, pero el historial de Morena invita a mantener la guardia alta.