En un nuevo episodio de violencia que sacude a Sinaloa, María Dolores Patiño Moreno, reconocida activista por los derechos de los animales, fue encontrada sin vida en Culiacán. Su cuerpo, con visibles signos de violencia, fue hallado en la colonia Tierra Blanca, apenas horas después de que su hija reportara su desaparición.
El viernes por la mañana, un grupo armado irrumpió en una vivienda de la colonia 5 de Mayo, donde María Dolores se encontraba. Sin mediar palabra, los agresores la privaron de su libertad. La noticia de su secuestro se difundió rápidamente en redes sociales, donde su hija Sofía pidió ayuda desesperada para localizarla.
El hallazgo del cuerpo ocurrió alrededor de las 14:00 horas en la calle Eustaquio Buelna. María Dolores, de 46 años, presentaba las manos atadas y el rostro cubierto con una tela. Vestía una blusa negra y mallas grises, y estaba descalza, según reportes de las autoridades que acudieron al lugar.
La activista era ampliamente conocida en Culiacán por su incansable labor en favor de perros y gatos en situación de calle. Promovía campañas de esterilización y adopción, ganándose el cariño de la comunidad. Su asesinato ha desatado indignación entre rescatistas y ciudadanos que exigen justicia.
Sinaloa vive una escalada de violencia que parece no tener freno. En los últimos meses, la región ha registrado más de mil 200 homicidios y mil 400 desapariciones, según datos de medios locales. Los enfrentamientos entre facciones del Cártel de Sinaloa han intensificado la inseguridad, dejando a la población en un estado de temor constante.
Familiares y amigos de María Dolores aseguran que su única actividad era la defensa de los animales. No estaba involucrada en ningún otro tipo de asuntos, lo que hace aún más incomprensible este crimen. Su hija destacó en redes sociales que su madre era una persona dedicada y amorosa, enfocada en ayudar a los seres más vulnerables.
Las autoridades locales acudieron al lugar del hallazgo, pero hasta el momento no han reportado avances en la investigación. No hay detenciones ni un móvil claro del crimen, lo que aumenta la frustración de quienes conocían el trabajo de la activista.
Este trágico suceso pone en evidencia la falta de acción efectiva para contener la violencia en Sinaloa. La muerte de María Dolores no solo es una pérdida para su familia y la comunidad animalista, sino un reflejo del grave problema de inseguridad que azota al estado.
La comunidad de Culiacán se encuentra de luto, mientras las redes sociales se llenan de mensajes de condolencia y exigencias de justicia. La labor de María Dolores, quien dedicó su vida a proteger a los animales, deja un legado que sus seres queridos y seguidores prometen mantener vivo.