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La mujer que cocina: Un legado que redefine la gastronomía mexicana

En el corazón de la cocina mexicana, la figura de la mujer ha sido un pilar fundamental, pero su historia va más allá de los fogones del hogar. Desde las abuelas que guardaban recetarios con celo hasta las pioneras que profesionalizaron la gastronomía, las mujeres han moldeado el arte culinario de México con creatividad y resistencia.
Una de esas figuras clave es Josefina Velázquez de León, cuya obra marcó un antes y un después en la cocina mexicana. En una época donde las mujeres eran relegadas al ámbito doméstico, Velázquez de León rompió barreras al publicar recetarios que no solo recopilaban recetas, sino que elevaban la comida mexicana a un símbolo de identidad cultural.
Sus publicaciones, como la revista El Arte de Cocinar de 1947, destacaban por su innovación. Incorporaban fotografías para ilustrar emplatados y decoraciones, un recurso revolucionario para la época. Además, su visión comercial la llevó a incluir publicidad de la industria alimentaria, sentando las bases para las revistas de recetas modernas.
El impacto de Velázquez de León no se limitó a la cocina. Sus recetarios abordaban temas como la salud, la cocina vegetariana y la economía doméstica, adaptándose a las necesidades de un México en transformación. Su trabajo reflejaba los cambios sociales del siglo XX, desde la influencia de la Revolución Mexicana hasta la internacionalización de la mesa mexicana.
Por otro lado, la cocina mexicana debe mucho a las mujeres anónimas que, desde sus hogares, preservaron recetas tradicionales. Las abuelas, con sus cuadernos desgastados, transmitieron el sabor de la comida popular, desde el mole de olla hasta la cochinita pibil, que hoy son emblemas de la gastronomía nacional.
Sin embargo, el rol de la mujer en la cocina no estuvo exento de desafíos. Durante siglos, se les asignó la tarea de alimentar a la familia sin reconocimiento profesional. La profesionalización de la gastronomía, liderada por hombres en Europa, relegó a las mujeres a un segundo plano, haciendo que figuras como Velázquez de León fueran excepcionales.
Hoy, la cocina mexicana es reconocida como Patrimonio Cultural de la UNESCO, un logro que no sería posible sin el aporte de las mujeres. Desde las cocineras tradicionales hasta las chefs contemporáneas, su legado sigue vivo, demostrando que la cocina es un espacio de creación, resistencia y orgullo.
La historia de la mujer que cocina es un recordatorio de que la gastronomía mexicana no solo se trata de sabores, sino de la lucha por preservar una identidad. Cada platillo cuenta una historia, y detrás de cada receta hay una mujer que, con sus manos, ha dado forma al alma de México.

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