El gobierno de Estados Unidos ha dado un paso contundente en la regulación de alimentos al anunciar que prohibirá seis colorantes artificiales utilizados en snacks y refrescos antes de 2027. Esta medida, impulsada por la Administración de Alimentos y Medicamentos, busca proteger la salud pública ante los posibles riesgos de estos aditivos sintéticos.
Los colorantes señalados son el rojo 40, amarillo 5, amarillo 6, azul 1, azul 2 y verde 2, todos derivados del petróleo. Estos se encuentran en productos populares como los Flamin Hot Cheetos, los dulces Skittles y la soda Mountain Dew Baja Blast, que destacan por sus colores vibrantes. La decisión ha generado un fuerte impacto en la industria alimentaria.
La FDA, liderada por Marty Makary, argumenta que los colorantes artificiales están vinculados a problemas de salud como hiperactividad en niños, diabetes y hasta ciertos tipos de cáncer. Estudios científicos respaldan estas preocupaciones, lo que ha motivado a las autoridades a actuar de manera progresiva para eliminar estos compuestos.
Grandes empresas como PepsiCo, General Mills, Mars y Kellogg enfrentarán el desafío de reformular sus productos. Durante décadas, estas compañías han utilizado los colorantes para hacer sus alimentos más atractivos, pero ahora deberán buscar alternativas naturales para mantener el atractivo visual de sus productos.
El plan de la FDA incluye una transición gradual. En los próximos meses, se revocará la autorización de dos de estos colorantes, mientras que los seis restantes serán eliminados antes de finales de 2026. Además, se espera que se aprueben cuatro nuevos colorantes naturales para facilitar la adaptación de la industria.
Robert Kennedy Jr., secretario de Salud, ha sido una figura clave en esta iniciativa. En una rueda de prensa, señaló que los niños estadounidenses han estado expuestos a una “sopa tóxica” de químicos artificiales durante demasiado tiempo. Su discurso ha resonado con quienes exigen mayor regulación en los alimentos procesados.
La medida también responde a una tendencia global. En Europa, los colorantes sintéticos requieren advertencias en las etiquetas, lo que ha llevado a muchas empresas a optar por pigmentos naturales. En Estados Unidos, estados como California y Virginia Occidental ya han implementado restricciones similares en alimentos escolares.
Aunque la prohibición ha sido bien recibida por expertos en salud, algunos cuestionan su prioridad. Peter Lurie, del Centro para la Ciencia en el Interés Público, aplaude la decisión, pero señala que los colorantes no son la principal causa de enfermedades crónicas en el país, sugiriendo que otras áreas podrían requerir mayor atención.
La industria alimentaria, por su parte, ha mostrado disposición para colaborar. La FDA espera que la transición hacia colorantes naturales, como los obtenidos de remolacha o zanahoria, sea fluida y permita mantener la calidad visual de los productos sin comprometer la salud de los consumidores.
Esta decisión marca un hito en la política de seguridad alimentaria de Estados Unidos. Con el respaldo de investigaciones científicas y el impulso de figuras como Kennedy, el país busca liderar un cambio hacia alimentos más seguros, un tema que seguirá generando debate en los próximos años.

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Estados Unidos anuncia la prohibición de seis colorantes artificiales en alimentos para 2027
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