En un gesto que ha conmovido a millones, el Papa León XIV realizó este sábado su primera salida pública tras ser elegido líder de la Iglesia Católica. Su destino fue el santuario agustino de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, a las afueras de Roma, un lugar de profunda significancia espiritual para él.
La visita, que no fue anunciada por el Vaticano, tomó por sorpresa a los habitantes de Genazzano. Cientos de personas se reunieron en la plaza frente al santuario para recibir al nuevo Pontífice, quien fue ovacionado con entusiasmo. León XIV, vestido con su característica sencillez, saludó a los fieles antes de entrar al templo.
Dentro del santuario, el Papa se detuvo a rezar ante la antigua imagen de la Virgen del Buen Consejo, un ícono venerado por la Orden de San Agustín. Con los presentes, recitó una oración de Juan Pablo II dedicada a la Madre del Buen Consejo, un momento que emocionó a los asistentes.
León XIV compartió unas palabras con los fieles, recordando su conexión personal con el santuario. Mencionó haber visitado este lugar tras cada nombramiento importante en su vida, incluyendo su elección como prior general de los agustinos, obispo, cardenal y ahora Papa. Este gesto subraya su devoción y continuidad con la tradición.
Tras su paso por Genazzano, el Papa se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Allí, en un acto cargado de simbolismo, rezó en privado ante la tumba de su predecesor, el Papa Francisco, fallecido el 21 de abril a los 88 años.
La visita a la tumba de Francisco, quien eligió ser enterrado en esta basílica por su devoción a la Virgen María, fue un momento de recogimiento. León XIV, recibido con aplausos y gritos de “Viva el Papa”, se arrodilló en silencio, dejando una rosa blanca como homenaje.
Este gesto refleja la cercanía entre ambos pontífices. En un discurso previo a los cardenales, León XIV instó a seguir la “valiosa herencia” de Francisco, destacando la importancia del cuidado a los más débiles y el diálogo valiente en la Iglesia.
La jornada de León XIV culminó con un regreso discreto al Vaticano. Su vehículo, una furgoneta negra en la que viajaba en el asiento del copiloto, entró por una puerta lateral a la basílica, evitando cualquier ostentación.
Esta primera salida del Papa León XIV no solo muestra su humildad, sino también su compromiso con los valores de sencillez y espiritualidad. Su devoción a la Virgen y su respeto por el legado de Francisco han resonado en todo el mundo.
A pocos días de su elección, León XIV ya deja una marca distintiva en el Vaticano. Su misa de entronización, programada para el 18 de mayo, será un momento clave para conocer más de su visión para la Iglesia Católica.

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El Papa León XIV sorprende al mundo con una visita inesperada a la tumba de Francisco
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