El gobierno de China ha reiterado su disposición a mediar en el conflicto entre India y Pakistán, dos naciones que han protagonizado enfrentamientos recientes en la región de Cachemira. La propuesta llega en un momento de alta tensión, tras un atentado que dejó 26 muertos y desencadenó una escalada militar entre ambos países.
El ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, mantuvo conversaciones telefónicas con representantes de ambos gobiernos. En ellas, expresó el apoyo de Pekín a una solución negociada que conduzca a un alto el fuego integral y duradero. China busca evitar que el conflicto se intensifique y afecte la estabilidad regional.
En su diálogo con Pakistán, Wang Yi respaldó la postura de Islamabad de proteger su soberanía nacional. Al mismo tiempo, instó al gobierno paquistaní a actuar con calma y priorizar sus intereses a largo plazo. Pakistán, por su parte, se mostró abierto a un cese al fuego, pero advirtió que no tolerará violaciones a su territorio.
Con India, el ministro chino celebró la declaración de Nueva Delhi de que la guerra no es una opción. Sin embargo, India justificó sus acciones militares como una respuesta necesaria al atentado en Pahalgam, que afectó principalmente a turistas indios. Las autoridades indias han implementado medidas como cortes de electricidad en zonas fronterizas para prevenir ataques.
China subrayó la importancia de que ambas naciones mantengan la moderación. Wang Yi destacó que las diferencias deben resolverse a través del diálogo para evitar una escalada que podría tener consecuencias graves. La postura de Pekín es clara: la diplomacia es el único camino viable para la paz.
Otros líderes mundiales también han reaccionado al conflicto. El secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebraron el reciente acuerdo de alto el fuego. Trump atribuyó el logro a la mediación de su país, aunque China insiste en su rol como facilitador clave.
La región de Cachemira sigue siendo un punto de fricción histórico entre India y Pakistán, con enfrentamientos recurrentes que han marcado las relaciones bilaterales. La intervención de potencias como China y Estados Unidos refleja la preocupación global por evitar un conflicto mayor en una zona estratégica.
Pese a los esfuerzos diplomáticos, la situación permanece frágil. Pakistán ha advertido que mantendrá la vigilancia, mientras India defiende sus acciones como una lucha contra el terrorismo. La mediación china busca tender puentes, pero el éxito dependerá de la voluntad de ambas partes para negociar.
La comunidad internacional observa con atención los acontecimientos. Un alto el fuego duradero no solo beneficiaría a India y Pakistán, sino que también contribuiría a la estabilidad en el sur de Asia, una región clave para el equilibrio geopolítico global.
El papel de China como mediador podría marcar un precedente en la resolución de conflictos internacionales. Por ahora, el mundo espera que las negociaciones avancen y que la paz prevalezca sobre las tensiones en Cachemira.

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China ofrece mediación entre India y Pakistán para frenar tensiones y lograr paz duradera
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