En un nuevo capítulo de la crisis que azota a Acapulco, pescadores de la Costa Chica se manifestaron durante un evento de la presidenta Claudia Sheinbaum, exigiendo apoyos urgentes para enfrentar las devastadoras consecuencias del huracán John. El ciclón, que golpeó en septiembre de 2024, dejó a miles de familias sin sustento, y los trabajadores del mar aseguran que el gobierno federal no ha cumplido con las promesas de ayuda.
Los pescadores, visiblemente frustrados, aprovecharon la presencia de Sheinbaum en el puerto para alzar la voz. Con pancartas y consignas, denunciaron que sus embarcaciones, principales herramientas de trabajo, fueron destruidas o gravemente dañadas por el huracán. Sin recursos para repararlas, muchos enfrentan una situación desesperada, incapaces de llevar el sustento a sus hogares.
El huracán John, que impactó como categoría 3, no solo inundó colonias y destruyó viviendas, sino que también hundió al menos 15 embarcaciones pesqueras en la Bahía de Santa Lucía. Cinco de ellas, según los afectados, se encuentran en el fondo del mar, sin que hasta ahora se haya implementado un plan claro para rescatarlas o compensar las pérdidas.
A pesar de los anuncios del gobierno federal, que prometió un censo casa por casa y apoyos de 8 mil pesos para limpieza, los pescadores aseguran que la ayuda no ha llegado a quienes más la necesitan. Las protestas reflejan un creciente descontento con la gestión de la crisis, especialmente en un sector que ya venía golpeado tras el huracán Otis en 2023.
Sheinbaum, quien ha visitado Acapulco en múltiples ocasiones desde que asumió la presidencia, ha destacado la inversión de millones de pesos en Guerrero. Sin embargo, los manifestantes cuestionan la efectividad de estas medidas, señalando que los recursos no se traducen en soluciones concretas para los pescadores y sus familias.
La situación del sector náutico en Acapulco es alarmante. Empresarios y trabajadores coinciden en que la recuperación del parque náutico, vital para el turismo y la pesca, requiere una intervención urgente de los tres niveles de gobierno. La falta de acción, advierten, podría prolongar la crisis económica en el puerto.
Mientras tanto, la presidenta ha prometido continuar con los censos y la entrega de apoyos, pero los pescadores exigen resultados inmediatos. La incertidumbre persiste, y muchos se preguntan si las autoridades cumplirán con sus compromisos o si las promesas seguirán quedando en el aire.
La tragedia de John se suma a la herida aún abierta del huracán Otis, que devastó Acapulco hace poco más de un año. Para los pescadores, la lucha no es solo contra los embates de la naturaleza, sino contra un sistema que, según ellos, los ha dejado en el abandono.