El próximo lunes 13 de mayo, Mark Carney, primer ministro de Canadá, dará a conocer su nuevo gobierno con la toma de posesión de los ministros de su gabinete. La ceremonia, anunciada por la gobernadora general Mary Simon, se llevará a cabo en Ottawa a las 10:30 de la mañana, hora local, en la residencia oficial de Simon, quien representa al monarca británico como jefa de Estado.
Carney, líder del Partido Liberal, llega al poder tras una contundente victoria en las elecciones del 28 de abril, donde su partido obtuvo 169 de los 343 escaños en la Cámara Baja del Parlamento. Este triunfo dejó en segundo lugar al Partido Conservador, con 144 escaños, seguido por el Bloque Quebequés con 22, el Nuevo Partido Democrático con siete y el Partido Verde con un solo diputado.
Una de las promesas clave de Carney es formar un gabinete más compacto que el de su predecesor, Justin Trudeau, y con paridad de género. Este enfoque busca reflejar una administración eficiente y representativa, en línea con las expectativas de los canadienses tras una campaña electoral marcada por tensiones comerciales y debates sobre la soberanía.
El nuevo gobierno enfrentará desafíos inmediatos, especialmente en las relaciones con Estados Unidos. Carney ya se reunió con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca para iniciar negociaciones sobre una nueva relación comercial y de seguridad, en medio de tensiones por aranceles y amenazas de anexión que han generado controversia.
El primer ministro ha prometido liderar “la mayor transformación” de la economía canadiense desde la Segunda Guerra Mundial. Uno de sus planes iniciales es eliminar barreras al comercio entre las provincias del país, buscando impulsar el crecimiento económico interno en un contexto global complicado.
Otro evento destacado será la visita del rey Carlos III, quien pronunciará el Discurso del Trono el 27 de mayo. Este discurso, que marcará el inicio oficial de la legislatura, establecerá los objetivos del gobierno de Carney. Es un hecho poco común, ya que la última vez que un monarca británico realizó esta actividad fue en 1977, con la reina Isabel II.
La llegada de Carney al poder ha estado marcada por su firme postura frente a las presiones de Estados Unidos. Durante su campaña, enfatizó la soberanía canadiense, declarando que Canadá “nunca será parte de Estados Unidos”. Este mensaje resonó entre los votantes, especialmente tras las polémicas declaraciones de Trump sobre una posible anexión.
A pesar de su falta de experiencia política previa, Carney, exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, ha sido elogiado por su capacidad para manejar crisis económicas. Su liderazgo será puesto a prueba en un escenario internacional volátil y con grandes expectativas internas.
El nuevo primer ministro también enfrenta el reto de mantener la unidad dentro de un país diverso, con demandas regionales y culturales que han sido un tema central en la política canadiense. Su enfoque pragmático será clave para equilibrar estas prioridades.
Con un mandato claro y un panorama complejo, el gobierno de Carney promete ser un punto de inflexión para Canadá. Los próximos meses serán cruciales para definir el rumbo de su administración y su capacidad para cumplir con las ambiciosas promesas de campaña.