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Incendios devastan Chihuahua: más de 30 mil hectáreas consumidas por el fuego

Los incendios forestales no dan tregua en Chihuahua, donde más de 30 mil hectáreas de bosques han sido arrasadas en lo que va de 2025. La situación es crítica, especialmente en la Sierra Tarahumara, donde las llamas han devastado ecosistemas enteros y amenazan comunidades locales. Según datos oficiales, la magnitud de los siniestros coloca al estado como uno de los más afectados a nivel nacional.
El municipio de Bocoyna es el epicentro de la tragedia, con un incendio que ha consumido más de 12 mil hectáreas. Localidades como Arroyo de la Cabeza, Panalachi y Las Ranas han visto cómo el fuego se acerca peligrosamente a sus hogares. Aunque las autoridades descartaron evacuaciones masivas por un cambio en la dirección del viento, la amenaza persiste.
En total, 11 incendios forestales permanecen activos en nueve municipios, incluyendo Guadalupe y Calvo, Guachochi y Urique. La Comisión Nacional Forestal reporta que 410 brigadistas luchan contra las llamas, enfrentando condiciones extremas de sequía y vientos fuertes. Estos factores, combinados con el difícil acceso a la zona serrana, complican las labores de contención.
La sequía excepcional que azota el 100% del territorio chihuahuense es un catalizador de esta crisis. Expertos advierten que basta una chispa para desatar un incendio incontrolable. Fogatas mal apagadas, cigarros arrojados y descuidos humanos han sido señalados como causas recurrentes, agravando la situación en un estado ya vulnerable.
Las autoridades han implementado estrategias para mitigar el desastre. El Comité Estatal de Manejo del Fuego coordina esfuerzos entre los tres niveles de gobierno, enfocándose en la prevención y la detección temprana. Sin embargo, los recursos son limitados, y los brigadistas requieren herramientas como azadones, rastrillos y alimentos no perecederos para continuar su labor.
La Secretaría de Desarrollo Rural ha desplegado 438 combatientes, incluyendo voluntarios de comunidades afectadas. A pesar de estos esfuerzos, el pronóstico no es alentador: se esperan al menos 50 nuevos siniestros en los próximos días debido a las condiciones climáticas extremas. Chihuahua se mantiene en alerta, siendo el segundo estado con más hectáreas dañadas, solo por detrás de Sinaloa.
La ciudadanía ha sido exhortada a reportar cualquier incendio al 911 o al número de emergencia 614 4297317. La colaboración de todos es crucial para evitar que el fuego siga avanzando. Mientras tanto, la logística para llevar alimentos y bebidas a los brigadistas se refuerza, priorizando insumos prácticos como agua, sueros y enlatados.
Esta crisis ambiental pone en evidencia la fragilidad de los ecosistemas frente al cambio climático y la necesidad de políticas más efectivas. Los incendios no solo destruyen bosques, sino que afectan la biodiversidad y el sustento de comunidades indígenas. Chihuahua enfrenta un desafío sin precedentes, y la respuesta debe ser inmediata y coordinada.
El impacto de los incendios trasciende lo ambiental, generando preocupación por la salud pública debido al humo y la calidad del aire. Las autoridades sanitarias monitorean la situación, pero la prioridad sigue siendo contener las llamas antes de que el daño sea irreparable.
A medida que los incendios continúan, la resiliencia de las comunidades y el esfuerzo de los brigadistas son la primera línea de defensa. La magnitud de esta emergencia exige una reflexión sobre cómo prevenir futuros desastres en un estado donde la naturaleza y sus habitantes luchan por sobrevivir.

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