En la madrugada de ayer, un intento de sabotaje al sistema de transporte público Bowí sacudió la ciudad de Chihuahua. Dos choferes, identificados como Federico Ponce, alias “El Lico”, y Miguel Escobedo, alias “El Pollo”, abandonaron dos camiones frente al Palacio de Gobierno, en la calle Aldama. Su objetivo era desestabilizar el servicio de transporte, según reportes oficiales.
Las autoridades informaron que los conductores, aparentemente liderados por Román Varela, un exjefe de patios de los Bowí, no actuaron solos. Tras dejar las unidades, regresaron a los patios de salida de los camiones para presionar a sus compañeros. Su plan era convencer al resto de los choferes de paralizar la Ruta Troncal, una de las principales arterias del transporte público en la ciudad.
El incidente se vincula con el reciente incendio de un camión Bowí el pasado miércoles en la estación ISSSTE, entre las avenidas Universidad y Américas. Los responsables del sabotaje aprovecharon este evento para argumentar que las unidades sufren de “maltrato” y “deficiente mantenimiento”. Según ellos, estas condiciones justificaban una protesta masiva para suspender el servicio.
Sin embargo, las autoridades locales reaccionaron rápidamente. Los dos choferes implicados fueron despedidos de inmediato por su intento de desestabilizar el sistema. Además, se abrió una investigación para determinar si hay más personas involucradas en este acto, que pudo haber afectado a miles de usuarios del transporte público.
El sistema Bowí, vital para la movilidad de los chihuahuenses, ha enfrentado críticas recurrentes por el estado de sus unidades. Usuarios han reportado problemas como falta de aire acondicionado y fallas mecánicas, lo que genera incomodidad, especialmente en temporadas de calor. Estos señalamientos fueron usados por los saboteadores para intentar justificar su acción.
A pesar del intento de paralización, el servicio de los camiones Bowí continuó operando con normalidad ayer. Las autoridades aseguraron que se tomarán medidas para evitar que incidentes similares se repitan. También se comprometieron a revisar las condiciones de las unidades para garantizar un mejor servicio a los ciudadanos.
Este episodio pone en evidencia las tensiones existentes en el sistema de transporte público de Chihuahua. Mientras algunos choferes alegan malas condiciones laborales y de mantenimiento, las autoridades insisten en que estos actos de sabotaje solo perjudican a los usuarios que dependen del servicio diariamente.
La investigación sigue en curso, y se espera que en los próximos días se esclarezcan todos los detalles de este intento de sabotaje. Por ahora, el mensaje de las autoridades es claro: no se tolerarán acciones que busquen interrumpir un servicio esencial para la ciudad.

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Frustran sabotaje al transporte público en Chihuahua: Camiones abandonados y choferes despedidos
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