La senadora Andrea Chávez, figura destacada de Morena, se encuentra en el centro de la controversia tras defender el nombramiento de su hermano, Gregorio Chávez, como titular de Liconsa en Chihuahua. La legisladora negó rotundamente que esta decisión sea un caso de nepotismo, argumentando que no se ajusta a la definición legal de esta práctica.
Durante su visita al Foro de Transformación del Sistema de la Carrera Docente en el Congreso del Estado, Chávez fue cuestionada por la prensa sobre la designación de su hermano. Su respuesta fue tajante: el nepotismo implica contratar o promover a alguien solo por su relación familiar, algo que, según ella, no aplica en este caso. Sin embargo, las críticas no se hicieron esperar.
La senadora aprovechó para desviar la atención, señalando casos de presunto nepotismo en otros partidos. Mencionó a familiares de la panista Kenia Rabadán, quienes habrían cobrado millones como asesores en el Senado. Este contraataque buscó justificar su postura, pero no logró calmar las voces que la acusan de contradecir el discurso anticorrupción de Morena.
Gregorio Chávez, hermano de la senadora, ocupa un cargo clave en Liconsa, una institución que enfrenta constantes conflictos con el sector lechero por adeudos y trabas burocráticas. Los productores han señalado directamente su relación familiar como un factor de preocupación, avivando el debate sobre la transparencia en los nombramientos.
Chávez insistió en que cualquier acusación de nepotismo debe castigarse, pero solo si se comprueba con base en la ley. “Lo que no sea nepotismo, que no se desinforme”, declaró, defendiendo la trayectoria de su hermano y su capacidad para desempeñar el cargo.
Las críticas hacia la senadora no son nuevas. En redes sociales, usuarios han cuestionado otros nombramientos de allegados suyos en el Senado, incluyendo a su padre y su pareja, lo que ha alimentado la percepción de que Morena no cumple con su promesa de erradicar prácticas clientelares.
El caso de Liconsa en Chihuahua no solo pone en tela de juicio la gestión de Gregorio Chávez, sino también la coherencia del partido gobernante. Mientras Morena impulsa reformas para prohibir el nepotismo, casos como este generan dudas sobre su compromiso real con la transparencia.
La controversia llega en un momento delicado, cuando el partido enfrenta presiones internas y externas por aplazar la prohibición del nepotismo hasta 2030, una decisión que ha sido criticada por la oposición y sectores de la sociedad civil.
Por ahora, Andrea Chávez se mantiene firme en su defensa, pero el escándalo sigue creciendo. La pregunta que queda en el aire es si este caso pasará como una simple polémica o si tendrá consecuencias más profundas para la senadora y su partido.

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Andrea Chávez en el ojo del huracán por nombramiento de su hermano en Liconsa
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