La noche del miércoles, Sinaloa vivió una nueva jornada de terror con balaceras y bloqueos carreteros que sacudieron Culiacán, Navolato y Mocorito. Civiles armados desataron enfrentamientos en varias zonas, dejando a la población atrapada en el miedo y la incertidumbre.
En Culiacán, los accesos al norte de la ciudad fueron bloqueados con vehículos incendiados, mientras en Navolato y Mocorito se reportaron tiroteos en comunidades como Pericos, Caimanero y El Batallón. La Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa confirmó los hechos, pero hasta el momento no se reportan víctimas fatales ni heridos.
Videos y fotos compartidos en redes sociales muestran tráilers y automóviles en llamas, utilizados para obstruir carreteras. En Villa Juárez, Navolato, los enfrentamientos fueron particularmente intensos, con ráfagas de disparos que obligaron a los habitantes a resguardarse en sus hogares.
La violencia no es nueva en Sinaloa. Desde la captura de Ismael “El Mayo” Zambada en julio pasado, los enfrentamientos entre facciones del Cártel de Sinaloa han escalado, dejando un rastro de muertes, desapariciones y caos. Solo en lo que va de 2025, el estado registra cientos de homicidios vinculados a esta guerra interna.
El gobierno estatal, encabezado por Rubén Rocha Moya, ha sido incapaz de contener la crisis. A pesar de los operativos de seguridad, los bloqueos y tiroteos continúan, afectando la vida diaria de miles de ciudadanos. Las autoridades piden a la población evitar circular por las zonas afectadas, pero la sensación de inseguridad es abrumadora.
En el puente Baluarte, que conecta Mazatlán con Tepic, civiles armados bloquearon el paso con más vehículos, mientras en Escuinapa y Rosario se reportaron cierres carreteros adicionales. La carretera federal México 15, una de las principales vías del estado, quedó intransitable en varios tramos.
La Universidad Autónoma de Sinaloa suspendió clases presenciales en varios municipios debido al riesgo. Comercios, escuelas y actividades cotidianas están paralizadas, y los habitantes viven bajo un toque de queda informal, temiendo salir de sus casas tras el anochecer.
La falta de una estrategia efectiva para frenar la violencia ha generado críticas al gobierno federal y estatal. Mientras las autoridades aseguran que trabajan para restablecer el orden, los sinaloenses enfrentan una realidad de miedo y desamparo, con balas y bloqueos como parte de su día a día.
Este tercer día consecutivo de violencia expone la fragilidad de la seguridad en Sinaloa. La población exige respuestas y acciones concretas, pero por ahora, el estado sigue sumido en una espiral de caos que parece no tener fin.

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Violencia descontrolada en Sinaloa: balaceras y bloqueos paralizan Culiacán y Navolato
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