En Chihuahua, el heavy metal no es solo música, es una forma de vida que ha marcado generaciones. Desde los años ochenta, la ciudad ha sido un epicentro para los amantes del género, con tiendas especializadas que se convirtieron en puntos de encuentro para los fanáticos. Discomundo, en Plaza Galerías, era el lugar soñado para muchos, con precios elevados pero una selección imbatible de discos que hacía valer cada peso gastado.
Discorama, en la calle Libertad, también tuvo su momento, aunque el rock no era su fuerte. Sin embargo, ofrecía algunas joyas para los buscadores de tesoros musicales. Musirama, por su parte, se inclinaba por los cassettes, mientras que Melómano, en la calle Ojinaga, sorprendía con material experimental y fuera de lo común, ideal para los más curiosos de la escena.
Un local en la avenida Américas marcó época al ofrecer grabaciones en cassette de cromo a precios accesibles. Por unos 100 pesos, los fans podían llevarse copias de discos raros, muchos de rock progresivo, haciendo que la música fuera más accesible en una época donde conseguir ciertos álbumes era todo un reto.
Rock Imports y Metal Shop, con más de 40 años de historia, son verdaderos íconos de la ciudad. A pesar de los altibajos, ambas tiendas han resistido el paso del tiempo. Rock Imports se ha enfocado más en ropa y accesorios, pero sigue siendo un referente. Metal Shop, en cambio, mantiene viva la esencia musical con una amplia oferta de CD, vinilos y cassettes.
Metal Shop no solo vende música, también organiza viajes a conciertos, una tradición que lleva décadas. Desde llevar a fans a ver a Pink Floyd en 1995 hasta seguir conectando a la comunidad con eventos en vivo, esta tienda es mucho más que un negocio: es un pilar de la cultura metalera en Chihuahua.
La radio también jugó un papel clave en esta historia. En los ochenta, las estaciones de FM en Chihuahua estaban dominadas por música suave, como Ray Conniff o Richard Clayderman, que poco interesaba a los jóvenes. Las estaciones de AM, como El Lobo, La Pantera y 12.80, comenzaron a abrirse al rock, dejando atrás la fiebre del disco y dando paso a bandas como Queen, The Police y Journey.
Un joven locutor, Carlos Hoffman, conocido como Charlie Contigo, cambió las reglas del juego. A sus 15 o 16 años, empezó a programar rock pesado en la radio y notó la respuesta inmediata de los oyentes. Esto lo llevó a crear un programa exclusivo de heavy metal, una idea revolucionaria que conectó con miles de fans y dio un impulso enorme al género en la ciudad.
Aunque el programa Lobotomía, pionero en su estilo, llegó a su fin, el compromiso de El Lobo con el metal no se detuvo. Hoy, el programa House of Hair, conducido por Dee Snider de Twisted Sister, sigue llevando el espíritu del metal a las ondas de Chihuahua cada domingo en el 106.1 FM, consolidando a la estación como una de las pocas en México con décadas dedicadas al género.
La influencia de MTV también tuvo su lugar, aunque menor. En una época sin internet, los videos musicales eran una ventana al mundo del metal, y Chihuahua no fue la excepción. La combinación de tiendas, radio y televisión creó un ecosistema único que permitió al heavy metal arraigarse profundamente en la ciudad.
El metal en Chihuahua es más que un género musical; es una comunidad que ha sabido mantenerse viva a través de los años. Desde las tiendas que resisten el paso del tiempo hasta los programas de radio que siguen sonando, la ciudad sigue siendo un bastión para los amantes del rock pesado, demostrando que esta pasión no tiene fecha de caducidad.

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La escena del metal en Chihuahua: un legado que sigue vibrando
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