La columna de este domingo en La Opción no tiene desperdicio: el dicho popular “extorsionador que friega a extorsionador tiene cien años de perdón” cobra vida en un México donde la inseguridad y el crimen organizado reinan sin control. Mientras el gobierno de Claudia Sheinbaum permite que productores y comerciantes sean exprimidos por los delincuentes, un nuevo capítulo de ironía se escribe en la política nacional.
La nota señala que la propia Sheinbaum, quien ha hecho poco para frenar la ola de extorsiones en el país, ahora enfrenta a un extorsionador de alto calibre: nada menos que Donald Trump. El expresidente estadounidense, descrito como un maestro del chantaje político, presiona a México con demandas que incluyen la extradición de narcotraficantes cercanos al círculo morenista.
Trump no negocia, extorsiona. Según la columna, su estilo es claro: exige cuotas a cambio de permitir que los países trabajen en paz, y si alguien se resiste, las represalias son inmediatas. Un ejemplo reciente es Ucrania, donde Trump retiró el apoyo militar tras la negativa de Zelensky a ceder recursos estratégicos. México, al parecer, es el siguiente en la lista.
Mientras tanto, en territorio nacional, la situación no podría ser más alarmante. La columna describe un panorama desolador: carestía desbocada, inflación sin freno, violencia que no cede, asaltos, secuestros y asesinatos que se acumulan día tras día. Los comerciantes y campesinos, asfixiados por el cobro de piso, claman por seguridad, pero el gobierno parece más ocupado en discursos patrioteros que en soluciones reales.
La crítica no se detiene ahí. La columna recuerda que el gobierno de Morena ha tolerado que el crimen organizado opere con impunidad, mientras Sheinbaum enfrenta las consecuencias de su propia inacción. La ironía es brutal: la presidenta que no ha podido proteger a los ciudadanos de los extorsionadores ahora es víctima de uno en la arena internacional.
El texto también hace un guiño histórico, recordando la expedición punitiva de Estados Unidos en 1916 para capturar a Pancho Villa. En aquel entonces, muchos mexicanos mostraron simpatía por los invasores, atraídos por los dólares. Hoy, la columna sugiere que la desesperación podría llevar a un escenario similar, donde la “dolariza” pese más que el discurso nacionalista.
El gobierno de Sheinbaum, según la nota, vive atrapado en su propia retórica. Mientras el secretario de Relaciones Exteriores propone soluciones simplistas como “sembrar arbolitos” para frenar la migración, los problemas reales —extorsión, inseguridad, pobreza— siguen sin respuesta. La columna no duda en calificar estas ideas como una burbuja populista que ignora la realidad.
La conclusión es contundente: México está en un punto crítico. Los ciudadanos, hartos de promesas vacías, quieren seguridad y justicia, no más excusas. La presión de Trump solo agrava una crisis que el gobierno de Morena no ha sabido ni querido resolver.
En este juego de extorsionadores, nadie sale limpio. La columna deja claro que, mientras los poderosos se enfrentan en un duelo de chantajes, los verdaderos perdedores son los mexicanos que enfrentan cada día la violencia y la impunidad.

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¡Extorsionador contra extorsionador! El karma golpea a Claudia Sheinbaum en su propio juego
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