En el corazón del Vaticano, un momento histórico se aproxima. El cardenal Dominique Mamberti, un diplomático francés de 73 años, será la voz que anuncie al nuevo papa tras el cónclave que comenzó el 7 de mayo. Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, pronunciará las palabras que millones esperan: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam!”. Este anuncio marcará el inicio de un nuevo capítulo para la Iglesia Católica.
Mamberti, nacido en Marrakech, Marruecos, en 1952, es el cardenal protodiácono, el purpurado más antiguo en la orden de los diáconos. Su rol es único: él es el único autorizado para revelar el nombre del nuevo pontífice y el nombre que este elegirá para su pontificado. Esta tradición, que data del siglo XV, concentra la atención de fieles en todo el mundo.
Con una carrera marcada por la discreción, Mamberti ha sido un hombre clave en la diplomacia vaticana. Desde 1986, sirvió en misiones en Argelia, Chile, Líbano y la ONU en Nueva York. En 2002, fue nombrado nuncio apostólico en Sudán, Eritrea y Somalia, demostrando su capacidad para manejar contextos complejos.
En 2006, el papa Benedicto XVI lo designó secretario para las Relaciones con los Estados, un cargo equivalente al ministro de Exteriores del Vaticano. Durante casi una década, gestionó la política internacional de la Santa Sede en tiempos de retos globales, ganándose el respeto de sus pares.
Bajo el pontificado de Francisco, Mamberti asumió en 2014 el liderazgo del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el máximo órgano judicial de la Iglesia después del papa. Su cercanía con Francisco quedó patente cuando presidió la novena misa en homenaje al pontífice argentino tras su fallecimiento.
El cónclave, iniciado el 7 de mayo, reúne a 133 cardenales electores menores de 80 años en la Capilla Sixtina. Las votaciones, envueltas en un estricto protocolo de aislamiento, continuarán hasta que un candidato alcance los dos tercios de los votos. El humo blanco será la señal de que el mundo tiene un nuevo papa.
Tras la elección, el nuevo pontífice elegirá su nombre papal y se dirigirá a la Sala de las Lágrimas para vestir una de las tres sotanas blancas preparadas. Luego, recibirá el homenaje de los cardenales antes de que Mamberti haga su histórico anuncio desde el balcón.
Aunque no está entre los principales candidatos a papa, el perfil sobrio y la experiencia de Mamberti lo convierten en una figura influyente en el Colegio Cardenalicio. Su voz resonará en la Plaza de San Pedro, presentando al líder que guiará a la Iglesia en los años venideros.
Minutos después del anuncio, el nuevo papa aparecerá para impartir su primera bendición Urbi et Orbi, un momento que unirá a millones de católicos en todo el mundo. La expectativa crece mientras el Vaticano se prepara para este evento trascendental.
La trayectoria de Mamberti refleja una vida dedicada al servicio de la Iglesia. Desde sus inicios en Córcega hasta su papel en el corazón del Vaticano, su labor diplomática y judicial lo ha posicionado como el hombre que dará la noticia que el mundo espera.

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El cardenal que revelará al mundo el nuevo rostro de la Iglesia
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