La política mexicana está en llamas tras las explosivas declaraciones de Ernesto Zedillo, quien acusó al gobierno de Claudia Sheinbaum de acabar con la democracia y construir un Estado policial. En una entrevista con la revista Nexos, el expresidente no se guardó nada, señalando que la desaparición de los contrapesos entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial pone en riesgo el sistema democrático del país.
Zedillo, quien gobernó México de 1994 a 2000, afirmó que el Poder Judicial es la última defensa contra el abuso de poder, pero ahora está en peligro. Sus palabras cayeron como bomba en Palacio Nacional, donde el gobierno de Sheinbaum respondió con furia, desenterrando el pasado de Zedillo y su controvertido rescate bancario conocido como Fobaproa.
El equipo de Morena no se quedó callado. Sheinbaum ordenó al Senado un pronunciamiento para investigar la presunta responsabilidad de Zedillo en el Fobaproa, un episodio que marcó la historia económica de México. Además, circularon memes en redes sociales que acusan al expresidente de vínculos con el narco, mostrando una vieja foto suya con Andrés Manuel López Obrador, entonces opositor.
El gobierno actual también fue criticado por un intento de controlar la libertad de expresión. Un artículo de la Ley de Telecomunicaciones, que otorgaría al gobierno facultades para eliminar contenido incómodo en internet, estuvo a punto de aprobarse. Gracias a la denuncia del senador Ricardo Anaya, el plan fue detenido, pero dejó en evidencia las intenciones del régimen.
Zedillo, por su parte, defendió su legado, recordando que su gobierno marcó el fin del PRI como partido de Estado y abrió la puerta a la democracia en México. Sin embargo, en el entorno de Sheinbaum, sus palabras son vistas como un ataque neoliberal que busca desestabilizar al gobierno de la 4T.
El enfrentamiento no se detiene ahí. Acusaciones contra la esposa de Zedillo, Nidia Velasco, por supuestos nexos con el narco, fueron desechadas en su momento por jueces, pero ahora resurgen como parte de la guerra política. Mientras tanto, el gobierno de Morena es señalado por su propia relación con el crimen organizado, recordando los “abrazos, no balazos” de López Obrador.
La tensión entre el pasado y el presente de México se intensifica. Zedillo, desde su retiro, se ha convertido en un crítico inesperado del rumbo del país, mientras Sheinbaum y su equipo buscan desviar la atención hacia los errores del pasado. Este choque de titanes políticos revela las profundas divisiones que aún persisten en la nación.
El debate está servido. ¿Es el gobierno de Sheinbaum una amenaza a la democracia, como dice Zedillo, o solo un intento de corregir los errores de gobiernos anteriores? La respuesta, por ahora, queda en el aire, pero la polémica no hará más que crecer en los próximos días.

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¡De AMLO a Zedillo: el choque que sacude a México!
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