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Cámara de Representantes de EU aprueba renombrar el Golfo de México como Golfo de América

La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley para cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de América. La iniciativa, impulsada por legisladores republicanos, responde a una orden ejecutiva del presidente Donald Trump, quien desde el inicio de su mandato ha insistido en esta redesignación como un símbolo de orgullo nacional.
El proyecto fue aprobado con una votación de 232 a favor y 187 en contra, reflejando una clara división partidista. Los republicanos argumentan que el nuevo nombre resalta la importancia del golfo para la economía y la identidad estadounidense. Por su parte, los demócratas criticaron la medida, considerándola una maniobra política innecesaria que ignora la historia y los acuerdos internacionales.
El Golfo de México, compartido por Estados Unidos, México y Cuba, es una región clave para la producción de petróleo y el comercio marítimo. Su nombre ha sido reconocido internacionalmente durante siglos, apareciendo en mapas desde el siglo XVI. La decisión de renombrarlo ha generado controversia, especialmente en México, donde la presidenta Claudia Sheinbaum ha defendido el nombre original.
Sheinbaum calificó la medida como un cambio que solo aplica a la plataforma continental de Estados Unidos. En una conferencia matutina, señaló que para México y el resto del mundo, el golfo seguirá siendo el Golfo de México. También envió una carta a Google para que mantenga el nombre original en sus mapas, argumentando que el cambio no tiene validez internacional.
La legislación aprobada exige que las agencias federales y estatales actualicen mapas, documentos y materiales educativos para reflejar el nombre Golfo de América. En estados como Florida, gobernado por el republicano Ron DeSantis, ya se ha comenzado a implementar esta denominación en comunicaciones oficiales, como alertas meteorológicas.
Críticos de la medida advierten que el cambio podría generar tensiones diplomáticas con México y Cuba, países que comparten el golfo. Además, señalan que renombrar un cuerpo de agua internacional requiere la aprobación de organismos como la Organización Hidrográfica Internacional, lo que hace improbable su reconocimiento global.
Algunos legisladores demócratas, como Mike Gottlieb, han cuestionado la durabilidad de la decisión, preguntando si el nombre volverá a cambiar con un futuro presidente. Otros, como la representante Barbara Drummond, han calificado la iniciativa como una distracción de problemas más urgentes.
Por otro lado, legisladores republicanos como Meg Weinberger defendieron la medida, argumentando que es un paso para fortalecer la identidad estadounidense. Aseguran que el cambio no busca reescribir la historia, sino destacar el rol del golfo en el desarrollo económico de Estados Unidos.
La controversia también ha alcanzado a medios de comunicación. The Associated Press fue excluida de eventos de la Casa Blanca por negarse a adoptar el nombre Golfo de América en sus publicaciones. Esta acción ha sido criticada por asociaciones de prensa como una violación a la libertad de expresión.
El debate sobre el nombre del golfo refleja las profundas divisiones políticas en Estados Unidos y las tensiones en las relaciones con México. Mientras la medida avanza en el Senado, el mundo observa cómo se desarrollará esta disputa sobre un cuerpo de agua de importancia global.

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