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¡TRUMP CIERRA LA PUERTA A CHINA! NIEGA CUALQUIER NEGOCIACIÓN PARA BAJAR ARANCELES

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un nuevo giro en la guerra comercial con China al declarar que no tiene intención de reducir los aranceles impuestos a los productos chinos. En un mensaje contundente, Trump aseguró que no habrá negociaciones con Pekín mientras no se cumplan sus condiciones, marcando una postura inflexible en medio de tensiones económicas globales.
La declaración llega tras semanas de especulaciones sobre un posible acercamiento entre Washington y Pekín. Trump había insinuado previamente que podría considerar rebajas arancelarias si China ofrecía concesiones significativas, pero ahora ha cambiado de tono. Según el mandatario, cualquier diálogo debe basarse en términos que beneficien exclusivamente a Estados Unidos.
Los aranceles impuestos por Trump han alcanzado niveles históricos, con tasas de hasta el 145% sobre bienes chinos. Estas medidas han generado fuertes repercusiones en los mercados internacionales, con caídas en bolsas de Asia, Europa y Wall Street. Analistas advierten que la escalada comercial podría empujar a la economía global hacia una recesión.
China, por su parte, no se ha quedado de brazos cruzados. Pekín ha respondido con aranceles del 125% a productos estadounidenses y ha restringido exportaciones de tierras raras, esenciales para la industria tecnológica. El Ministerio de Comercio chino ha calificado las acciones de Trump como “unilateralistas” y ha insistido en que cualquier negociación debe basarse en el respeto mutuo.
El impacto de esta guerra comercial trasciende las fronteras de ambos países. Países como Japón y la Unión Europea han iniciado conversaciones con Estados Unidos para evitar ser atrapados en el fuego cruzado. Sin embargo, Trump ha dejado claro que no hará excepciones con aquellos que, según él, “no respeten” los intereses comerciales de su país.
En el ámbito interno, Trump ha defendido su estrategia como una forma de fortalecer la economía estadounidense. Ha argumentado que los aranceles están obligando a otros países a negociar en mejores términos, aunque los datos muestran una contracción del PIB en el primer trimestre de 2025, un hecho que el presidente atribuye a la administración anterior.
Mientras tanto, los consumidores y empresas en ambos lados del Pacífico sienten la presión. En China, los productos se acumulan en almacenes, y en Estados Unidos, los precios de bienes importados han comenzado a subir. La incertidumbre económica se agrava ante la falta de un horizonte claro para resolver el conflicto.
El escenario actual sugiere que la guerra comercial está lejos de terminar. Con Trump manteniendo una postura dura y China respondiendo con igual firmeza, las posibilidades de un acuerdo a corto plazo parecen desvanecerse. El mundo observa con preocupación cómo se desarrollará este pulso entre las dos mayores economías globales.

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