La Ciudad de México se alista para ser el epicentro del Mundial de Fútbol 2026, un evento que promete atraer a millones de turistas y poner los ojos del mundo en la capital. Sin embargo, las promesas de Clara Brugada, jefa de Gobierno, generan dudas sobre si los beneficios llegarán realmente a los ciudadanos o si solo serán una fachada para el evento internacional.
Brugada anunció un ambicioso plan de obras para mejorar la movilidad, seguridad y urbanización, especialmente en las zonas cercanas al Estadio Azteca, que será sede del partido inaugural. Entre las propuestas destaca la modernización del Tren Ligero, nuevas rutas de trolebús y la transformación de la Calzada de Tlalpan. Pero, ¿serán estas obras un verdadero legado para los capitalinos o solo un maquillaje temporal?
El presupuesto para estas obras es otro punto que levanta cejas. Se habla de miles de millones de pesos destinados a movilidad y seguridad, incluyendo 600 millones para cámaras en el Metro y 23 mil millones para la red del sistema de transporte. Aunque suenan impresionantes, estos números no explican cómo se garantizará la transparencia en el uso de los recursos ni si los proyectos estarán listos a tiempo para el Mundial.
La jefa de Gobierno también prometió resolver problemas históricos, como la falta de agua y las inundaciones en colonias cercanas al Estadio Azteca. Sin embargo, estas promesas llegan tarde para comunidades que han enfrentado estos problemas durante décadas. ¿Por qué esperar a un evento internacional para atender necesidades básicas de la población?
Otro aspecto que genera escepticismo es la creación de la llamada “Utopía Futbolera”, un proyecto que busca transformar el entorno del Estadio Azteca y ofrecer una experiencia única a los visitantes. Aunque suena atractivo, no se han dado detalles sobre su costo, ubicación o si realmente beneficiará a los habitantes de la zona o solo a los turistas.
El gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, ha prometido respaldo total para los preparativos. Esta alianza entre el gobierno de Morena a nivel federal y local plantea preguntas sobre si los recursos se usarán de manera eficiente o si habrá desvíos para beneficiar a los aliados políticos, como ha ocurrido en otros proyectos.
La seguridad también es un tema central. Con la instalación de nuevas cámaras y la promesa de una estrategia sólida, Brugada busca garantizar la tranquilidad de los seis millones de turistas esperados. Pero en una ciudad donde la inseguridad sigue siendo un problema diario, estas medidas parecen más un discurso optimista que una solución real.
El Mundial 2026 es una oportunidad para mostrar lo mejor de México, pero también un riesgo si las obras no se ejecutan con transparencia y eficacia. Los capitalinos merecen que los recursos se inviertan en mejoras duraderas, no en proyectos que solo busquen impresionar durante unas semanas. ¿Cumplirá Brugada sus promesas o será otro capítulo de promesas vacías?