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Giovanni Battista Re encabeza la misa que marca el inicio del cónclave para elegir al nuevo Papa

En un momento histórico para la Iglesia Católica, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, presidió la misa Pro Eligendo Pontifice en la Basílica de San Pedro, dando inicio al cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, fallecido el 21 de abril de 2025. La ceremonia, cargada de solemnidad, reunió a los 133 cardenales electores que decidirán quién será el próximo líder de más de 1,300 millones de católicos en el mundo.
La homilía de Re fue un llamado a la unidad y la reflexión. El cardenal italiano de 91 años pidió que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales para elegir al Papa que la Iglesia y la humanidad necesitan en un momento que describió como “difícil y complejo”. Sus palabras resonaron entre los asistentes, que incluyeron a cardenales mayores de 80 años, obispos, sacerdotes y miles de fieles.
El cónclave, que comenzó el 7 de mayo en la Capilla Sixtina, es el más diverso en la historia de la Iglesia, con cardenales de 71 países. Este proceso, rodeado de estrictas medidas de seguridad y secretismo, busca garantizar una elección libre de influencias externas. Los cardenales permanecerán aislados, sin acceso a teléfonos ni comunicación con el exterior, hasta que se alcance un acuerdo.
Durante la misa, se invocó la guía divina en múltiples idiomas, incluyendo francés, suajili y chino, reflejando la universalidad de la Iglesia. Re destacó la importancia de un Papa que despierte las conciencias y fortalezca los valores morales en una sociedad marcada por el avance tecnológico, pero que, según él, tiende a olvidarse de Dios.
El proceso de votación, que inició por la tarde tras la misa, consiste en dos rondas por la mañana y dos por la tarde cada día. Para elegir al nuevo Pontífice, se requiere una mayoría de dos tercios, equivalente a 89 votos, debido a la ausencia de dos cardenales por motivos de salud: el español Antonio Cañizares y el keniano John Njue.
La elección del nuevo Papa no solo definirá el rumbo de la Iglesia, sino que también tendrá un impacto geopolítico global. Como lo demostró Juan Pablo II en la caída del comunismo o Francisco con su enfoque en el sur global, el Papa es una figura clave en el escenario internacional, capaz de influir en debates sobre paz, pobreza y justicia social.
La Capilla Sixtina, preparada con un falso suelo y una estufa para la tradicional fumata, es el escenario donde los cardenales deliberarán. La primera votación, realizada el 7 de mayo, no se espera que produzca un resultado inmediato, ya que históricamente los cónclaves requieren varias rondas para alcanzar un consenso.
Entre los posibles candidatos destacan figuras como el filipino Luis Antonio Tagle, conocido por su cercanía a las reformas de Francisco, y el húngaro Péter Erdő, que representa una visión más conservadora. Sin embargo, la frase popular “quien entra Papa, sale cardenal” recuerda que las predicciones suelen fallar en este proceso guiado por la tradición y la fe.
La atención del mundo está puesta en el Vaticano, donde miles de fieles y periodistas aguardan la fumata blanca que anunciará al nuevo Pontífice. Mientras tanto, la Plaza de San Pedro permanece bajo estrictos controles de seguridad, con pantallas que retransmiten cada detalle de este evento histórico.
El cónclave de 2025 no solo marcará el inicio de un nuevo papado, sino que también reflejará el legado de Francisco, quien nombró al 80% de los cardenales electores, consolidando una Iglesia más global y abierta al diálogo con el mundo contemporáneo.

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