La Capilla Sixtina emitió humo negro este miércoles, señal de que los 133 cardenales reunidos en el cónclave aún no han elegido al sucesor del Papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. El proceso, que comenzó el 7 de mayo, mantiene en vilo a millones de fieles alrededor del mundo.
Desde las 15:00 horas en Roma, 7:00 de la mañana en México, los cardenales iniciaron la votación secreta. La chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina es el único medio para comunicar el resultado al exterior. El humo negro indica que no se alcanzó la mayoría de dos tercios necesaria para nombrar al nuevo Pontífice.
El cónclave se lleva a cabo en un ambiente de total aislamiento. La señal de comunicación está bloqueada para evitar filtraciones y garantizar que los cardenales no reciban influencias externas. Este miércoles solo hubo una votación, pero a partir del jueves se realizarán cuatro diarias: dos por la mañana y dos por la tarde.
Cada cardenal escribe en una papeleta el nombre del candidato que considera idóneo para liderar la Iglesia Católica. Tras el escrutinio, las papeletas son quemadas en una estufa de hierro fundido, produciendo el humo que todos observan. Para generar humo negro, se añaden compuestos químicos que aseguran un color distintivo.
La fumata blanca, que anunciará la elección del nuevo Papa, aún no llega. Cuando ocurra, pasarán varias horas antes de que el nombre del elegido sea revelado desde el balcón de la Basílica de San Pedro, donde el nuevo Pontífice ofrecerá su primera bendición Urbi et Orbi.
El proceso está cargado de historia. Desde 1914, el humo blanco señala la elección de un Papa, mientras que el negro indica que el cónclave continúa. En el pasado, se usaba paja húmeda para oscurecer el humo, pero ahora los químicos garantizan claridad en la señal.
Más de 45,000 personas se congregaron en la Plaza de San Pedro para presenciar la primera fumata. La expectativa crece, ya que los cónclaves recientes han sido breves, durando entre dos y cinco días. En 2013, Francisco fue elegido tras cinco votaciones en dos días.
No hay un favorito claro, aunque varios nombres han surgido como posibles candidatos. Algunos cardenales representan posturas tradicionales, mientras otros abogan por la continuidad de las reformas impulsadas por Francisco. La Iglesia enfrenta retos como la unidad interna y su papel en un mundo cada vez más secular.
El decano de los cardenales, Giovanni Battista Re, pidió en la misa previa al cónclave un Papa que despierte las conciencias y fortalezca los valores humanos y espirituales. Sus palabras reflejan la importancia de esta elección en un momento de desafíos globales.
El mundo sigue atento a la chimenea de la Capilla Sixtina. Cada fumata es un recordatorio de que la decisión está en manos de los cardenales, y el próximo líder de la Iglesia Católica pronto será anunciado.

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Fumata en el Vaticano: El mundo espera al nuevo Papa tras la primera votación
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