El sector financiero mexicano se prepara para una reunión anual clave en Acapulco, marcada por un panorama económico lleno de incertidumbre. La 88 Convención Bancaria, organizada por la Asociación de Bancos de México, reunirá a líderes del sector, autoridades y la presidenta Claudia Sheinbaum, en un momento donde la economía nacional muestra señales preocupantes de desaceleración.
La economía mexicana está bajo presión. En el último trimestre de 2024, el crecimiento fue de apenas 1.2% anual, con una contracción trimestral que enciende las alarmas. Analistas advierten que el país podría estar al borde de una recesión técnica, con el Producto Interno Bruto cayendo en los últimos meses. La amenaza de aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos, impulsados por el presidente Donald Trump, agrava el escenario y podría reducir el PIB hasta en un 2%.
El Banco de México ha ajustado sus previsiones, recortando el crecimiento esperado para 2025 a un rango de 0.5% a 1.5%. La inflación, que alcanzó el 3.8% anual en marzo, sigue siendo una preocupación, mientras el peso mexicano se deprecia frente al dólar. Estos factores han generado un ambiente de cautela entre los banqueros, quienes buscan estrategias para enfrentar la volatilidad económica.
La reunión también abordará el impacto de las recientes reformas del gobierno de Sheinbaum, conocidas como el “Plan C”. La reforma judicial y la desaparición de organismos autónomos han generado incertidumbre entre inversionistas, afectando la confianza en el sector financiero. Expertos señalan que estas medidas podrían limitar la competitividad de México en el marco del T-MEC, complicando las negociaciones con Estados Unidos y Canadá.
A pesar de los retos, el sector financiero busca oportunidades. La presidenta Sheinbaum anunciará un plan de financiamiento para micro, pequeñas y medianas empresas, un sector que históricamente ha enfrentado barreras para acceder a créditos. Este programa podría impulsar el crecimiento en un contexto donde la inversión pública y privada ha disminuido, afectada por proyectos gubernamentales costosos como el Tren Maya y la refinería Dos Bocas.
Otro tema central será la digitalización del sector bancario. La adopción de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y los pagos digitales, es vista como una vía para mejorar la inclusión financiera. Sin embargo, los bancos enfrentan desafíos como la falta de personal calificado y la resistencia cultural a la transformación tecnológica, lo que podría frenar el avance.
La reunión también pondrá el foco en la sostenibilidad. El Banco de México ha destacado la importancia de movilizar recursos hacia proyectos verdes para combatir el cambio climático. Las instituciones financieras están bajo presión para integrar riesgos ambientales en sus decisiones, en un momento donde el calentamiento global amenaza la estabilidad económica.
El panorama no es alentador, pero los líderes del sector financiero están decididos a encontrar soluciones. La Convención Bancaria será un espacio clave para debatir estrategias que permitan a México navegar esta crisis. Las decisiones tomadas en Acapulco podrían definir el rumbo económico del país en los próximos años.
La incertidumbre económica, combinada con las tensiones comerciales y las reformas internas, coloca al sector financiero en una posición crítica. Los banqueros deberán equilibrar la necesidad de crecimiento con la gestión de riesgos en un entorno cada vez más complejo.
Mientras México enfrenta estos desafíos, la atención estará puesta en cómo el gobierno y el sector privado colaboran para evitar una crisis mayor. La reunión en Acapulco será un termómetro de la confianza en el futuro económico del país.

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El sector financiero de México enfrenta una tormenta económica en su reunión anual
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