El Instituto Nacional Electoral está en una carrera contra el tiempo para convencer a millones de mexicanos de participar en la elección extraordinaria del 1 de junio de 2025. Este proceso, que definirá a los nuevos jueces y magistrados del Poder Judicial, es histórico, pero la apatía ciudadana amenaza con opacarlo. Solo entre 8 y 15 millones de los más de 100 millones inscritos en el padrón electoral podrían acudir a las urnas, según las estimaciones del INE.
La elección del 1 de junio no es cualquier votación. Por primera vez, los ciudadanos elegirán directamente a quienes impartirán justicia en el país, incluyendo la mitad de los cargos federales y, en Chihuahua, la totalidad de los jueces estatales. Este cambio busca democratizar un sistema que, durante décadas, ha sido criticado por su opacidad y elitismo. Sin embargo, el desinterés de la población pone en riesgo la legitimidad del proceso.
Para contrarrestar esta indiferencia, el INE ha intensificado sus esfuerzos. Desde campañas en redes sociales hasta spots en radio y televisión, el mensaje es claro: tu voto cuenta. En Chihuahua, las autoridades electorales locales se han sumado, organizando foros y difundiendo información sobre los candidatos. Pero, ¿es suficiente para movilizar a una ciudadanía cansada de promesas vacías y procesos electorales interminables?
La logística también es un desafío monumental. En Ciudad Juárez, más de 6.5 millones de boletas ya llegaron para la elección local. Cerca de 300 personas trabajan en turnos para clasificar, sellar y empaquetar este material, bajo la vigilancia de la Guardia Nacional, la Policía Estatal y la Policía Municipal. Todo esto, aseguran, para garantizar transparencia y seguridad en un proceso que no admite errores.
El INE ha implementado medidas para facilitar el voto. Las casillas especiales estarán disponibles para quienes estén lejos de su sección electoral, y los votantes podrán llevar una lista con los nombres de sus candidatos preferidos para agilizar el proceso. Además, el periodo de campañas, del 30 de marzo al 28 de mayo, permitirá a los ciudadanos conocer los perfiles y propuestas de quienes buscan un lugar en el Poder Judicial.
A pesar de estos esfuerzos, las críticas no se hacen esperar. Organizaciones sociales han señalado que el INE no ha hecho lo suficiente para incluir a grupos vulnerables en el proceso. Un documento firmado por colectivos de todo el país exige que se visibilice la autoadscripción de los candidatos, para que los votantes puedan tomar decisiones informadas. El instituto, sin embargo, no ha respondido con claridad a estas demandas.
La sombra de la desconfianza también planea sobre esta elección. En un país donde la corrupción y los escándalos políticos son el pan de cada día, muchos ciudadanos ven con escepticismo esta apertura democrática. ¿Realmente cambiará algo elegir a los jueces? Para muchos, la respuesta no está clara, y esa duda podría traducirse en urnas vacías el primer domingo de junio.
El INE insiste en que esta es una oportunidad única para transformar la justicia en México. La elección del 1 de junio no solo definirá quiénes ocuparán los tribunales, sino también el rumbo de un sistema que afecta la vida de todos. Mientras las autoridades redoblan sus esfuerzos, la pregunta sigue en el aire: ¿responderá la ciudadanía a este llamado histórico, o seguirá reinando la indiferencia?

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El INE busca desesperadamente que votes este 1 de junio, pero ¿logrará convencer a la ciudadanía?
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