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Aumentan las quejas por la “Carretera de la Muerte” Janos-Agua Prieta: un peligro sin solución

La carretera Janos-Agua Prieta, conocida como la “Carretera de la Muerte”, sigue siendo un riesgo constante para los conductores en Chihuahua. Transportistas y ciudadanos denuncian que las condiciones de esta vía federal no solo persisten, sino que han empeorado en los últimos meses. A pesar de las promesas de mejora, los accidentes mortales son una constante.
Más de un mes después de que se entregara una carta a la presidenta Claudia Sheinbaum exigiendo acciones, la respuesta del gobierno federal brilla por su ausencia. Los transportistas aseguran que los tramos angostos de la carretera, especialmente en la noche, son una trampa mortal donde dos camiones apenas pueden circular sin peligro.
Édgar Olivas, líder de la Confederación de Transportistas de México, ha sido claro: los accidentes en esta ruta no son excepciones, sino una tragedia recurrente. Familias han perdido a sus seres queridos, y los choferes enfrentan condiciones que los obligan a jugarse la vida cada vez que transitan por este tramo.
En 2024, al menos siete personas murieron en 20 accidentes registrados en la carretera, según reportes periodísticos. Cinco de esas víctimas perecieron calcinadas, y las pérdidas materiales han alcanzado cifras millonarias. La situación no mejora, y los percances siguen ocurriendo casi a diario.
El activista Julián LeBarón ha señalado que esta carretera, vital para conectar el norte de Chihuahua con Sonora, está en un abandono inexplicable. Las autoridades federales, responsables de su mantenimiento, no han destinado recursos suficientes para repararla, dejando a los usuarios en una situación de vulnerabilidad constante.
A esto se suma el escándalo de una obra inconclusa. En Sonora, una empresa fantasma recibió 85.6 millones de pesos para ampliar la carretera, pero abandonó el proyecto tras cobrar un anticipo de 36 millones. Los recursos se perdieron, y la vía sigue sin mejoras significativas.
Los transportistas han intentado alzar la voz. En diciembre pasado, convocaron a liberar las aduanas como forma de protesta, exigiendo no solo mejores condiciones en la carretera, sino también un trato justo para los paisanos que cruzan la frontera. Sin embargo, sus esfuerzos no han encontrado eco en el gobierno.
La “Carretera de la Muerte” no solo es un problema de infraestructura, sino un reflejo de la desatención a una región que genera riqueza para el país. Mientras las quejas se acumulan, los conductores siguen enfrentando un camino donde cada viaje puede ser el último.

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