La inseguridad en Sinaloa ha alcanzado niveles críticos. Este 6 de mayo, varias escuelas en Culiacán suspendieron clases presenciales debido a una nueva ola de violencia que azota la entidad. Balaceras, enfrentamientos y actos vandálicos han paralizado la ciudad, generando miedo entre la población.
La Secretaría de Educación Pública y Cultura de Sinaloa confirmó que instituciones como la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y el Tecnológico de Monterrey optaron por clases virtuales. La decisión busca proteger a estudiantes y docentes ante los reportes de disparos y vehículos incendiados en distintos puntos de la capital.
En las últimas horas, las autoridades reportaron al menos cinco cuerpos encontrados en Culiacán, algunos con signos de tortura. Además, se registraron ataques a cámaras de vigilancia y bloqueos en vialidades clave. La situación ha obligado a los habitantes a resguardarse en sus hogares.
La violencia en Sinaloa no es algo nuevo. Desde hace meses, la entidad vive una guerra entre facciones del Cártel de Sinaloa, particularmente entre Los Chapitos y La Mayiza. Estos enfrentamientos han dejado decenas de muertos y un clima de terror que parece no tener fin.
A pesar de los operativos federales y estatales, la inseguridad no cede. La presencia de militares y de la Guardia Nacional no ha logrado contener los choques entre grupos criminales. Mientras tanto, la población paga las consecuencias de un gobierno que parece incapaz de devolver la paz.
Las escuelas afectadas no tienen certeza de cuándo podrán retomar las clases presenciales. La UAS anunció que mantendrá la modalidad virtual hasta que haya garantías de seguridad. Otras instituciones, como el Instituto Jean Piaget y el Centro Educativo Vía Reggio, también han suspendido actividades en sus planteles.
Padres de familia y maestros expresan su preocupación. La incertidumbre sobre la seguridad de los estudiantes crece, y muchos cuestionan la falta de estrategias efectivas para frenar la violencia. En redes sociales, los sinaloenses exigen acciones concretas para recuperar la tranquilidad.
El impacto va más allá de la educación. Negocios locales han cerrado y las calles lucen desiertas en varias zonas de Culiacán. La economía y la vida cotidiana se ven afectadas por un conflicto que el gobierno no ha sabido controlar.
Sinaloa vive atrapada en un ciclo de violencia que parece no tener solución. Mientras los grupos criminales disputan el control, los ciudadanos enfrentan el miedo y la impotencia. La pregunta sigue en el aire: ¿cuándo habrá paz en las calles?

Imagen generada por IA con fines informativos o representativos. Digital Plural se deslinda de cualquier uso o interpretación.
Violencia sin control en Sinaloa: escuelas cierran por balaceras y caos en las calles
Compartir: