La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que Petróleos Mexicanos ha pagado el 60 por ciento de los adeudos a sus proveedores, un logro que presentó como parte de su estrategia para rescatar a la petrolera. Según la mandataria, este avance demuestra el compromiso de su gobierno con la estabilidad financiera de Pemex, una empresa clave para la economía mexicana.
El monto pagado asciende a más de 300 mil millones de pesos, según las declaraciones de Sheinbaum. Este esfuerzo, afirmó, se ha realizado en conjunto con la Secretaría de Hacienda y Pemex, con reuniones semanales para coordinar las acciones. La presidenta destacó que estos pagos son un paso hacia la recuperación de la confianza en la empresa estatal.
Sin embargo, la deuda total de Pemex con proveedores superaba los 506 mil millones de pesos al cierre de 2024, según reportes financieros. Esto significa que, a pesar del anuncio, aún queda un 40 por ciento por saldar, equivalente a más de 200 mil millones de pesos. La situación sigue siendo crítica para muchas empresas proveedoras que dependen de estos pagos.
Sheinbaum también presumió la reestructuración de Pemex, que ahora opera como una empresa integrada vertical y horizontalmente. Según la presidenta, la división en múltiples subsidiarias y filiales generó problemas administrativos que su gobierno está corrigiendo. Esta integración, dijo, traerá mayor transparencia y eficiencia a la petrolera.
A pesar de los avances, las críticas no se han hecho esperar. Proveedores, especialmente pequeñas y medianas empresas, han denunciado retrasos en los pagos desde hace meses. En estados como Campeche y Tabasco, donde Pemex es un pilar económico, la falta de liquidez ha provocado despidos y cierres de negocios, según reportes de asociaciones empresariales.
La mandataria aseguró que el proceso de pago continuará en los próximos meses, con el objetivo de liquidar la totalidad de los adeudos para marzo. Sin embargo, expertos advierten que la deuda financiera de Pemex, cercana a los 100 mil millones de dólares, sigue siendo una bomba de tiempo para las finanzas públicas.
El anuncio de Sheinbaum llega en un momento de creciente presión por parte de proveedores y organismos empresariales. La Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Petroleros ha señalado que la falta de pagos ha afectado la producción petrolera, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la industria.
Mientras el gobierno celebra estos pagos como un triunfo, la realidad es que Pemex enfrenta desafíos estructurales que no se resolverán solo con abonos a proveedores. La producción de crudo ha caído a niveles históricos, y las refinerías operan por debajo de su capacidad, según datos oficiales.
La estrategia de Sheinbaum incluye nuevas leyes energéticas para fortalecer a Pemex como empresa pública. Sin embargo, la dependencia de recursos de Hacienda y la falta de inversión privada podrían limitar los resultados de estas reformas, según analistas del sector.
El futuro de Pemex sigue siendo incierto, y aunque los pagos a proveedores son un paso adelante, la magnitud de la deuda y los problemas operativos mantienen a la petrolera en el centro de la controversia. La gestión de Sheinbaum será clave para determinar si estos esfuerzos realmente transformarán a la empresa.

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SHEINBAUM PRESUME “ÉXITO” EN PEMEX, PERO LA DEUDA SIGUE AMENAZANDO
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