El próximo 7 de mayo, el Vaticano será escenario de un evento sin precedentes: el cónclave más internacional de la historia, con cardenales de 71 países de los cinco continentes. Este encuentro, que busca elegir al sucesor del papa Francisco tras su fallecimiento el 21 de abril, reúne a 133 cardenales electores, una cifra récord que refleja la diversidad global de la Iglesia católica.
El colegio cardenalicio, compuesto por 252 cardenales, incluye a 135 electores menores de 80 años, de los cuales dos no participarán por motivos de salud. Con una media de edad de 72 años, los participantes representan a naciones tan variadas como Haití, Mongolia, Sudán y Tonga. Por primera vez, 12 países tendrán representación en la Capilla Sixtina, incluyendo Cabo Verde, Timor Oriental y Singapur.
Europa sigue siendo el continente con mayor presencia, con 52 cardenales electores, aunque su influencia relativa ha disminuido. Le siguen Asia con 23, América Latina con 22, África con 18 y Oceanía con 4. Italia lidera con 17 cardenales, seguida por Estados Unidos con 10 y Brasil con 7. Países como Argentina, Canadá y Polonia cuentan con 4 electores cada uno.
El cónclave destaca por su diversidad geográfica y cultural. Cardenales como Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, o Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator, Mongolia, aportan perspectivas únicas. Esta variedad refleja los esfuerzos del papa Francisco, quien nombró al 80 por ciento de los electores, por incluir voces de las periferias de la Iglesia.
El proceso de elección se llevará a cabo en la Capilla Sixtina, bajo estrictas medidas de seguridad y secreto. Los cardenales quedarán incomunicados, sin acceso a teléfonos ni internet, y se realizarán barridos electrónicos para evitar filtraciones. Cada día se efectuarán hasta cuatro votaciones, dos por la mañana y dos por la tarde, hasta alcanzar una mayoría de dos tercios, es decir, al menos 89 votos.
La elección del nuevo Papa requerirá un consenso significativo, dado que se necesitan 90 votos si todos los cardenales estuvieran presentes. La heterogeneidad del grupo, con cardenales que apenas se conocen entre sí, podría prolongar las deliberaciones. Expertos sugieren que este cónclave podría ser uno de los más largos en décadas, lo que garantizaría una decisión meditada.
Latinoamérica tendrá un peso notable, con 22 cardenales de 12 países. Brasil, con 7 electores, y Argentina, con 4, lideran la región. Figuras como el cardenal brasileño Jaime Spengler, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, o el argentino Leonardo Steiner, conocido por su compromiso con los pobres, podrían influir en las discusiones.
El cónclave también refleja tensiones internas en la Iglesia. Mientras algunos cardenales, como el alemán Reinhard Marx, buscan un Papa que continúe el legado progresista de Francisco, otros, como el estadounidense Timothy Dolan, representan un ala más conservadora. Estas diferencias ideológicas podrían complicar la búsqueda de un candidato de consenso.
A pesar de la menor representación italiana en la historia, con 17 cardenales, nombres como Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, o Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, figuran entre los posibles candidatos. Sin embargo, la diversidad del cónclave abre la puerta a un Papa de cualquier región del mundo.
Este cónclave no solo decidirá el futuro líder de los 1.400 millones de católicos, sino que también marcará un hito en la historia de la Iglesia por su carácter global. Los ojos del mundo estarán puestos en la fumata blanca que anunciará la elección del nuevo pontífice.

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Se acerca el cónclave más diverso de la historia para elegir al nuevo Papa
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