Un niño de 10 años en Kentucky, Estados Unidos, se convirtió en noticia tras gastar 4 mil dólares, cerca de 80 mil pesos mexicanos, en paletas de hielo para organizar un supuesto “carnaval” en su escuela. El menor, identificado como Jack, aprovechó el acceso a la tarjeta de crédito de su madre para realizar la compra en línea, sin que ella lo supiera.
La compra incluyó más de mil paletas de sabores variados, suficientes para llenar varias neveras. Jack, según relató su madre, quería sorprender a sus compañeros de clase con un evento festivo inspirado en un carnaval. El niño, estudiante de primaria, había escuchado sobre actividades similares en su escuela y decidió tomar la iniciativa por su cuenta.
La madre, Sarah Thompson, descubrió la transacción cuando recibió una notificación del banco. Al principio pensó que se trataba de un error o un fraude, pero tras revisar el historial de compras, encontró el pedido masivo de paletas. La sorpresa fue mayor al ver que las paletas ya habían sido enviadas a la dirección de la escuela, lo que complicó la posibilidad de devolverlas.
La escuela, ubicada en Louisville, recibió las paletas con desconcierto. Los administradores contactaron a Sarah para aclarar la situación, ya que no había ningún carnaval programado. La institución, sin embargo, decidió aprovechar la situación y organizó un evento impromptu para los estudiantes, donde se distribuyeron las paletas entre los niños.
Sarah, madre soltera y trabajadora de una tienda local, explicó que no podía asumir el costo de la compra. La noticia se viralizó en redes sociales, y una amiga de la familia creó una campaña en GoFundMe para ayudar a cubrir los gastos. En pocos días, la comunidad logró recaudar más de 5 mil dólares, superando el monto gastado.
Jack, por su parte, no comprendió del todo la magnitud de su acción. Según su madre, el niño solo quería hacer algo especial para sus amigos. La experiencia, aunque costosa, dejó una lección sobre la importancia de supervisar el acceso de los menores a plataformas de compra en línea.
La escuela emitió un comunicado agradeciendo la generosidad de la comunidad y destacando la creatividad de Jack, aunque aclaró que reforzarán las medidas para evitar incidentes similares. Las paletas sobrantes fueron donadas a un refugio local, donde fueron bien recibidas por las familias.
Sarah aseguró que ha restringido el acceso de Jack a dispositivos electrónicos y está trabajando en enseñarle sobre el valor del dinero. La historia, aunque comenzó como un error, unió a la comunidad de Louisville en un gesto de solidaridad que transformó un imprevisto en un momento de celebración para los niños.

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Niño en Kentucky gasta casi 80 mil pesos en paletas para un “carnaval” en su escuela
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