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Anulan el anillo del Pescador del papa Francisco: un ritual que marca el fin de su pontificado

El pasado 6 de mayo de 2025, en el Aula Sinodal del Vaticano, se llevó a cabo un ritual cargado de simbolismo: la anulación del anillo del Pescador y el sello de plomo del papa Francisco. Este acto, realizado 16 días después de su fallecimiento, marcó oficialmente el cierre de su pontificado y abrió paso a la transición hacia un nuevo liderazgo en la Iglesia Católica.
El anillo del Pescador, conocido en latín como Anulus Piscatoris, es una joya única que representa la autoridad del papa como sucesor de San Pedro, el primer papa según la tradición católica. En el caso de Francisco, este anillo tenía un diseño austero, hecho de plata dorada en lugar del tradicional oro macizo, reflejando su estilo humilde y cercano.
La ceremonia de anulación fue presidida por el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, en presencia del Colegio Cardenalicio. Este ritual, que se remonta al siglo XIII, tiene una función histórica: evitar que el sello del anillo sea usado para falsificar documentos oficiales tras la muerte del pontífice.
El anillo del Pescador de Francisco no era una pieza cualquiera. Grabado con la imagen de San Pedro pescando desde una barca, simbolizaba su rol como “pescador de hombres”. Sin embargo, el papa argentino solo lo usaba en ceremonias oficiales, prefiriendo en su día a día un sencillo anillo de plata de su época como arzobispo de Buenos Aires.
A diferencia de otros pontífices, Francisco rompió con varias tradiciones relacionadas con este símbolo. No solo optó por un material más modesto, sino que también evitaba que los fieles besaran el anillo, un gesto que, según el Vaticano, buscaba reducir la propagación de gérmenes, aunque algunos lo interpretaron como una muestra de su rechazo a las formalidades.
La anulación del anillo no implica su destrucción total, como ocurría en siglos pasados. En el caso de Benedicto XVI, tras su renuncia en 2013, el anillo fue marcado con una cruz para inutilizarlo. Se espera que el anillo de Francisco siga un destino similar, aunque el Vaticano no ha revelado detalles específicos.
Este acto forma parte de los protocolos de la Sede Vacante, el periodo de transición entre pontificados. Además de la anulación del anillo, se sellaron los aposentos de Francisco en la residencia Casa Santa Marta, y se prepara el cónclave para elegir al próximo papa, un proceso envuelto en secretismo y tradición.
El legado de Francisco, marcado por su enfoque en la humildad, la inclusión y la justicia social, sigue resonando en la Iglesia y el mundo. La anulación de su anillo no solo cierra un capítulo, sino que subraya la continuidad de una institución que combina rituales centenarios con los retos del presente.
Mientras el Vaticano se prepara para un nuevo líder, la anulación del anillo del Pescador recuerda la fragilidad del poder terrenal y la importancia de los símbolos en la fe católica. El mundo observa con atención los próximos pasos en esta histórica transición.

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