La presidenta Claudia Sheinbaum no pierde oportunidad para alardear sobre el supuesto éxito de su gestión. En una reciente conferencia, destacó un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México del 0.8% en el primer trimestre de 2025, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Para la mandataria, este porcentaje es una “buena noticia” frente a las dificultades internacionales, pero muchos se preguntan si estos números reflejan realmente la situación del país.
Sheinbaum aprovechó para desmentir a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, que pronosticaban una recesión. Con un tono triunfalista, afirmó que México está superando las expectativas a pesar de los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump. Sin embargo, críticos señalan que un crecimiento tan modesto no es suficiente para las necesidades de una economía que enfrenta retos estructurales.
La presidenta también celebró los bajos niveles de desempleo y una inflación controlada. Según ella, estas cifras demuestran la fortaleza de su estrategia económica, basada en el fortalecimiento del consumo interno y la inversión pública. Pero analistas advierten que la estabilidad macroeconómica no se traduce necesariamente en beneficios tangibles para la mayoría de los mexicanos.
Uno de los puntos que Sheinbaum resaltó fue el “Plan México”, una estrategia que, según ella, está impulsando el desarrollo económico. Este plan incluye proyectos de infraestructura como trenes y corredores interoceánicos, además de incentivos para la inversión privada. Sin embargo, no mencionó los retrasos en las licitaciones de los nuevos polos de desarrollo, que estaban programados para mayo.
En el ámbito internacional, la mandataria reconoció que persisten negociaciones con Estados Unidos por los aranceles al acero, aluminio y la industria automotriz. Aunque aseguró que México mantiene ventajas competitivas gracias al T-MEC, no explicó cómo estos impuestos podrían afectar a los trabajadores y empresas mexicanas en el corto plazo.
Sheinbaum también presumió un aumento en la recaudación fiscal, destacando que el Servicio de Administración Tributaria logró un incremento del 5% en 2024 sin subir impuestos. Sin embargo, expertos cuestionan si estas ganancias se están utilizando de manera eficiente o si solo sirven para financiar programas sociales con fines electorales.
La presidenta insistió en que su gobierno impulsa la economía “desde abajo”, priorizando a los sectores más vulnerables. Pero la realidad en las calles parece contradecirla: el aumento en los precios de productos básicos y la precariedad laboral siguen afectando a millones de familias. ¿Es este crecimiento del 0.8% un verdadero logro o solo un espejismo estadístico?
Mientras Sheinbaum sigue pintando un panorama optimista, muchos mexicanos esperan resultados concretos. Los retos económicos no se resuelven con discursos, y la incertidumbre global exige más que promesas. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo veremos un crecimiento que realmente se sienta en los bolsillos de todos?

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¡Sheinbaum presume crecimiento económico, pero oculta la verdad detrás de los números!
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