El gobierno de Nicaragua ha decidido retirarse de la UNESCO, una medida que ha generado controversia a nivel internacional. La decisión llega como respuesta a la entrega del Premio Mundial de la Libertad de Prensa al diario nicaragüense La Prensa, un medio crítico del régimen de Daniel Ortega. La salida del organismo de la ONU marca un nuevo capítulo en las tensiones entre el gobierno y los medios independientes.
La UNESCO otorgó el galardón a La Prensa por su valentía al informar bajo condiciones de represión y exilio. El diario, fundado en 1926, ha enfrentado desde 2021 la ocupación de sus instalaciones por parte de la policía y la confiscación de sus bienes. Muchos de sus periodistas han tenido que huir del país, operando desde el extranjero en condiciones precarias para continuar su labor.
El régimen de Ortega calificó el premio como una “vergüenza” y una provocación. En una carta oficial, el gobierno nicaragüense expresó su indignación, argumentando que la UNESCO promueve intereses contrarios a la soberanía del país. La decisión de abandonar la organización fue comunicada de inmediato, aunque el proceso formal de retiro podría tomar tiempo.
La UNESCO, por su parte, defendió su decisión de premiar a La Prensa. En un comunicado, el organismo destacó la importancia de la libertad de prensa como pilar fundamental de la democracia. Subrayó que el galardón busca reconocer a quienes enfrentan riesgos para llevar información veraz a la población, especialmente en contextos de censura.
La salida de Nicaragua de la UNESCO no es un hecho aislado. El gobierno de Ortega ha intensificado en los últimos años sus acciones contra medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales y opositores políticos. La confiscación de propiedades y el exilio forzado de periodistas han sido denunciados por organismos internacionales como violaciones a los derechos humanos.
La prensa nicaragüense en el exilio enfrenta enormes desafíos. Según gremios periodísticos, los reporteros trabajan en condiciones de inseguridad económica y personal. A pesar de esto, medios como La Prensa continúan publicando, adaptándose a las circunstancias para mantener informada a la población dentro y fuera del país.
La comunidad internacional ha reaccionado a la decisión de Nicaragua con preocupación. Organizaciones defensoras de la libertad de prensa han señalado que el abandono de la UNESCO refleja el rechazo del gobierno a los principios de transparencia y diálogo. Algunos analistas consideran que esta medida podría aislar aún más al país en el ámbito global.
El caso de La Prensa no es único en la región, pero destaca por la magnitud de la represión. El premio de la UNESCO pone en el centro del debate la lucha por la libertad de expresión en América Latina. Mientras tanto, la salida de Nicaragua de la organización plantea preguntas sobre el futuro de su relación con instancias internacionales.
La decisión del gobierno de Ortega ha avivado las críticas de quienes lo acusan de autoritarismo. La prensa independiente, aunque golpeada, sigue siendo un actor clave en la resistencia contra la censura. El reconocimiento de la UNESCO a La Prensa es visto como un respaldo a esa lucha, en un momento en que la verdad enfrenta grandes obstáculos en Nicaragua.
Este episodio refuerza la percepción de un gobierno cada vez más aislado. La salida de la UNESCO, lejos de debilitar el impacto del premio, ha puesto los reflectores sobre la situación de los medios en el país. La comunidad global observa con atención los próximos pasos de Nicaragua en este escenario de creciente tensión.