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Morena promete acabar con el nepotismo, pero ¿cumplirá? Consejo Nacional aprueba reglas éticas que generan dudas

El Consejo Nacional de Morena, reunido en la Ciudad de México, aprobó por unanimidad una serie de lineamientos que prohíben el nepotismo y el uso indebido de recursos públicos dentro del partido. La medida, impulsada tras una carta de la presidenta Claudia Sheinbaum, busca reforzar los principios éticos de la llamada Cuarta Transformación. Sin embargo, las promesas de cambio chocan con un historial de prácticas cuestionables que han marcado al partido en el poder.
La reforma interna establece que, a partir de 2027, ningún familiar directo de funcionarios podrá postularse a cargos de elección popular. Esto incluye a hijos, cónyuges, concubinos o parientes hasta el cuarto grado. La decisión se presenta como un intento de frenar las candidaturas heredadas, una práctica que ha sido señalada como un lastre en la política mexicana. Pero el retraso en su aplicación levanta sospechas sobre la verdadera intención detrás de estas reglas.
El anuncio llega después de que el Congreso, dominado por Morena y sus aliados, pospusiera una reforma constitucional contra el nepotismo hasta 2030. La propuesta original de Sheinbaum buscaba implementarla en 2027, pero las presiones del Partido Verde Ecologista de México lograron aplazarla. Este movimiento permitió que figuras como Ruth González Silva, Félix Salgado Macedonio y Saúl Monreal puedan aspirar a suceder a sus familiares en cargos clave en 2027, lo que ha desatado críticas por posibles favores políticos.
Luisa María Alcalde, presidenta de Morena, defendió la decisión del Consejo Nacional, asegurando que el partido está comprometido con erradicar el nepotismo desde este año en elecciones locales de Veracruz y Durango. Sin embargo, periodistas y opositores han señalado casos de candidaturas cuestionables en esos estados, donde familiares de políticos en funciones aparecerían en las boletas. Alcalde insistió en que no hay pruebas de irregularidades, pero la desconfianza persiste.
Otro punto aprobado en la reunión fue la prohibición del uso de recursos públicos para beneficio personal o de grupo. Esta medida busca evitar escándalos como el de la senadora Andrea Chávez, acusada de usar ambulancias para promover su imagen en Chihuahua. Morena promete sanciones internas para quienes violen estos principios, aunque no se detalló cómo se aplicarán ni quién las supervisará.
La opulencia también quedó en la mira. Los lineamientos prohíben a los militantes viajar en primera clase, usar vehículos blindados o realizar “turismo político”. Estas prácticas, según Morena, contradicen la austeridad que pregona el partido. Sin embargo, la historia reciente del movimiento, con figuras ligadas a lujos y excesos, pone en duda la efectividad de estas restricciones.
El Consejo Nacional también acordó reglas para evitar actos anticipados de campaña, un problema recurrente en el partido. La idea es establecer un decálogo de conducta que garantice contiendas internas justas de cara a las elecciones de 2027, cuando se renovarán 13 gubernaturas y la Cámara de Diputados. Pero la falta de claridad sobre cómo se vigilarán estas normas alimenta el escepticismo.
Las tensiones internas en Morena no son nuevas. La reforma contra el nepotismo ha evidenciado fricciones entre la dirigencia, los legisladores y la propia Sheinbaum. Mientras la presidenta busca proyectar una imagen de modernidad y ética, las decisiones de sus aliados en el Congreso y el partido sugieren que la unidad de la coalición prevalece sobre las promesas de cambio.
Para muchos, estas medidas son un paso en la dirección correcta, pero insuficiente. La sombra del nepotismo y los escándalos pasados sigue pesando sobre Morena. La ciudadanía, cansada de cacicazgos y herencias políticas, observa con atención si estas reglas serán más que un discurso para las redes sociales.
El futuro de Morena dependerá de su capacidad para cumplir lo que promete. Por ahora, las reformas éticas aprobadas en el Consejo Nacional generan más preguntas que certezas. ¿Será este el fin del nepotismo en el partido gobernante, o solo un intento de limpiar su imagen ante un público cada vez más exigente?

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