En un momento que ha conmocionado a los aficionados del fútbol, el mediocampista brasileño Lucas Paquetá no pudo contener las lágrimas tras recibir una tarjeta amarilla en el partido entre West Ham y Tottenham, correspondiente a la Premier League. El encuentro, disputado el pasado 4 de mayo, dejó una imagen impactante cuando el jugador, visiblemente afectado, fue consolado por sus compañeros.
La amonestación llegó en el minuto 28 del segundo tiempo, tras una falta cometida por Paquetá. Esta tarjeta no solo lo suspende para el próximo partido de los Hammers, sino que se suma a un contexto complicado para el futbolista, quien enfrenta una investigación por presuntas irregularidades en apuestas deportivas. La presión parece haber hecho mella en el internacional brasileño.
Paquetá, de 27 años, ha sido una pieza clave para el West Ham desde su llegada en 2022, procedente del Lyon. Su talento lo había puesto en la mira de clubes como el Manchester City, pero las acusaciones de la Federación Inglesa de Fútbol (FA) han frenado posibles traspasos. La FA lo señala por supuestamente forzar tarjetas amarillas en cuatro partidos para beneficiar a terceros en apuestas.
El incidente ocurrió en un partido intenso, donde el West Ham buscaba mantener su posición en la tabla frente a un Tottenham competitivo. La falta de Paquetá, aunque no fue grave, resultó en una sanción que desató una reacción emocional inesperada. Las cámaras captaron el momento en que el jugador, cabizbajo, se cubría el rostro mientras sus compañeros intentaban animarlo.
La investigación de la FA, que comenzó en 2023, acusa a Paquetá de influir en el resultado de apuestas al recibir tarjetas amarillas de manera intencionada en encuentros contra Leicester City, Aston Villa, Leeds United y Bournemouth. Estas acusaciones han generado un enorme revuelo, con la FA buscando una sanción que podría llegar a ser de por vida, según medios británicos como Sky Sports.
A pesar de las graves acusaciones, Paquetá ha negado cualquier implicación y asegura haber cooperado plenamente con las autoridades. En un comunicado previo, el brasileño expresó su frustración por las filtraciones y afirmó que luchará por limpiar su nombre. Su situación ha generado debate sobre la relación entre el fútbol y las apuestas deportivas.
El episodio ha puesto los reflectores sobre la presión que enfrentan los futbolistas en el más alto nivel. Paquetá, quien también es habitual en la selección brasileña, atraviesa un momento delicado tanto en lo profesional como en lo personal. Su reacción en el campo ha sido interpretada como un reflejo de la carga emocional que lleva.
El West Ham, por su parte, no ha emitido comentarios oficiales sobre el incidente, pero el club ha respaldado a Paquetá durante el proceso de investigación. Mientras tanto, los aficionados han mostrado opiniones divididas, con algunos apoyando al jugador y otros cuestionando su involucramiento en el escándalo.
Este caso sigue desarrollándose, con una audiencia programada para este mes que podría definir el futuro de Paquetá en el fútbol. Por ahora, la imagen del mediocampista llorando en el terreno de juego queda como un recordatorio de las tensiones que rodean a este deporte.