El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, salió este domingo del hospital en Brasilia donde permaneció internado durante tres semanas tras una compleja cirugía intestinal. El líder ultraderechista, de 70 años, enfrentó una grave obstrucción intestinal, secuela del atentado que sufrió en 2018, cuando fue apuñalado durante un acto de campaña.
La operación, realizada el 13 de abril, duró cerca de 12 horas y fue la más complicada a la que se ha sometido Bolsonaro desde el ataque. Los médicos trabajaron para desobstruir su intestino y reconstruir la pared abdominal, un procedimiento de alto riesgo debido a las múltiples cirugías previas en la misma zona.
Bolsonaro ingresó de emergencia el 11 de abril, tras sufrir intensos dolores abdominales durante un evento político en Natal, en el noreste de Brasil. Fue trasladado en helicóptero y luego en un avión medicalizado a Brasilia, donde se decidió la intervención quirúrgica tras descartar un tratamiento conservador.
Durante su recuperación, el expresidente pasó más de dos semanas en la unidad de cuidados intensivos. Los reportes médicos indicaron que permaneció estable, sin fiebre ni dolores, aunque inicialmente dependió de nutrición intravenosa y sesiones intensas de fisioterapia para recuperar la movilidad.
En los últimos días, Bolsonaro mostró una evolución favorable, aceptando bien una dieta pastosa y retomando la alimentación oral. Los médicos suspendieron la nutrición intravenosa y destacaron que su presión arterial se mantuvo bajo control, lo que permitió su traslado a una habitación común antes del alta.
El exmandatario, quien gobernó Brasil entre 2019 y 2022, ha enfrentado siete cirugías desde el atentado de 2018, todas relacionadas con complicaciones digestivas. El ataque, perpetrado por una persona con problemas mentales en Juiz de Fora, dejó secuelas que han marcado su salud de forma permanente.
A pesar de su delicado estado, Bolsonaro no pierde de vista su agenda política. Anunció que planea asistir este miércoles a una manifestación en Brasilia en apoyo a una ley de amnistía para los condenados por el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023, un evento que sigue polarizando al país.
Al salir del hospital, Bolsonaro fue recibido por un grupo de seguidores que lo aclamaron. En redes sociales, expresó su gratitud al equipo médico y afirmó sentirse renovado, listo para retomar sus actividades, aunque los médicos le recomendaron reposo por al menos tres semanas.
Este episodio de salud se produce en un momento crítico para el exmandatario, quien enfrenta un juicio por presunta conspiración golpista tras las elecciones de 2022, que perdió ante Luiz Inácio Lula da Silva. Además, está inhabilitado para postularse a cargos públicos hasta 2030.
La recuperación de Bolsonaro, aunque exitosa, subraya las graves consecuencias físicas del atentado de 2018 y su impacto en su vida pública. Su salida del hospital marca un nuevo capítulo en su trayectoria, mientras Brasil observa de cerca sus próximos movimientos.