En un nuevo golpe al crimen en el Estado de México, autoridades detuvieron a un hombre que transportaba más de 300 litros de combustible robado, conocido como huachicol, en el municipio de Texcoco. El aseguramiento ocurrió durante un operativo de rutina, pero pone en evidencia la persistencia del robo de hidrocarburos en la región.
El sujeto, identificado como Herminio “N”, de 46 años, fue sorprendido mientras circulaba en una camioneta blanca con placas de Oaxaca. Los elementos de la Secretaría de Seguridad del Edomex realizaban un filtro de seguridad en la carretera Texcoco-Los Reyes cuando detectaron el vehículo sospechoso.
Al inspeccionar la camioneta, los agentes encontraron seis bidones llenos de gasolina, con un total aproximado de 360 litros. El conductor no pudo presentar ningún documento que acreditara la procedencia legal del combustible, lo que levantó las alarmas de los policías.
El detenido fue trasladado de inmediato a la Fiscalía General de la República en Texcoco, donde se determinará su situación jurídica. La camioneta y el combustible asegurado quedaron bajo resguardo de las autoridades para continuar con las investigaciones.
Este caso se suma a los numerosos operativos contra el huachicoleo en el Estado de México, una actividad ilícita que no solo afecta a Petróleos Mexicanos, sino que representa un riesgo para la seguridad de las comunidades. Tan solo en los últimos años, se han decomisado millones de litros de combustible robado en la entidad.
La falta de acción efectiva por parte de las autoridades federales y estatales para frenar este delito es cada vez más evidente. A pesar de los operativos, el robo de combustible sigue siendo una constante, alimentado por redes criminales que operan con impunidad.
En municipios como Texcoco, el huachicoleo no es un problema nuevo, pero los resultados para combatirlo parecen insuficientes. Los habitantes de la zona exigen mayor vigilancia y estrategias que realmente desmantelen estas organizaciones delictivas.
Mientras tanto, el decomiso de estos 360 litros de huachicol es solo una pequeña muestra de un problema mucho mayor. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta cuándo se logrará frenar esta actividad que pone en riesgo la seguridad y la economía del país?