En un operativo en San José Iturbide, Guanajuato, autoridades descubrieron una fosa clandestina con restos humanos, un hallazgo que pone en evidencia la persistente ola de violencia en la región. Cuatro jóvenes, todos originarios de Jalisco, fueron detenidos en el lugar por su presunta participación en actividades delictivas.
La Secretaría de Seguridad y Paz de Guanajuato informó que el cateo se realizó en una finca de la comunidad de San Antonio Viborillas. Durante la intervención, se encontró el cuerpo de una persona en la fosa, además de envoltorios con posible droga. Este descubrimiento refuerza las alarmas sobre la inseguridad que azota al estado.
Los detenidos, identificados como Cristian, de 18 años; Daniel, de 19; Edson, de 20; y Sergio, de 21, enfrentan cargos por privación ilegal de la libertad y homicidio. Las autoridades señalan que los sujetos forman parte de una célula criminal vinculada al Cártel Jalisco Nueva Generación, uno de los grupos más violentos del país.
El operativo fue coordinado por las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, la Fiscalía General de Justicia, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional. La acción se enmarca en la estrategia Coordinación Operativa de la Nueva Fuerza de Inteligencia Anticrimen, enfocada en desmantelar redes delictivas en Guanajuato.
Guanajuato lleva años como uno de los estados más violentos de México, con una creciente presencia de fosas clandestinas. En 2024, el colectivo Hasta Encontrarte reportó el hallazgo de 21 cuerpos en una fosa en Abasolo, lo que refleja la magnitud del problema en la entidad.
La detención de estos jóvenes y el descubrimiento de la fosa clandestina son un golpe al crimen organizado, pero también un recordatorio de la falta de avances significativos en la lucha contra la inseguridad. Las autoridades locales han sido criticadas por no frenar la violencia que azota a comunidades como San José Iturbide.
La fiscalía ya vinculó a proceso a los cuatro detenidos, quienes permanecerán en prisión preventiva mientras continúan las investigaciones. Sin embargo, el hallazgo de la fosa plantea preguntas sobre cuántos restos más podrían estar ocultos en la región y por qué las autoridades no han logrado prevenir estos crímenes.
Este caso se suma a la larga lista de episodios violentos en Guanajuato, donde la disputa entre cárteles y la aparente incapacidad del gobierno para controlar la situación mantienen a la población en constante temor. La presencia de fosas clandestinas sigue siendo una herida abierta en el estado.