El fútbol mexicano vuelve a estar en el ojo del huracán tras un nuevo incidente que involucra al Club Celaya. Durante su concentración en la Ciudad de México, dos jugadores del equipo de los Toros, Edson Partida y Pedro Hernández, violaron el reglamento al introducir mujeres al hotel donde se hospedaban. Este acto de indisciplina ocurrió previo a un partido amistoso contra el América, programado para el 2 de mayo.
El hotel Courtyard Revolución fue el escenario de los hechos. Según reportes, los futbolistas no solo rompieron las normas del club, sino que se presume que se encontraban en estado de ebriedad. Como consecuencia, ambos jugadores no se presentaron al encuentro contra las Águilas, dejando al equipo en una situación comprometida.
Pero la controversia no terminó ahí. La indisciplina desató un conflicto interno que escaló a niveles físicos. Fernando Fernández, director deportivo del Celaya, protagonizó un altercado con el fisioterapeuta del equipo. Ambos, según fuentes cercanas, habrían estado involucrados en una fiesta previa al juego, lo que derivó en una pelea a golpes.
El incidente ha generado revuelo en el fútbol mexicano, especialmente porque el Celaya no ha emitido un comunicado oficial aclarando los hechos. La única publicación del club en redes sociales fue un mensaje de agradecimiento al América por el amistoso, sin mencionar el escándalo que opacó su visita a la capital.
Este caso se suma a una serie de problemas recientes en el fútbol mexicano. Apenas unos días antes, el Celaya enfrentó críticas por un episodio de violencia en su estadio, donde un guardia de seguridad apuntó con una pistola de hidrogel a aficionados. La directiva justificó el hecho, pero la Liga de Expansión abrió una investigación.
La falta de medidas disciplinarias claras por parte del club y de la Liga MX pone en tela de juicio la seriedad con la que se manejan estos incidentes. Los aficionados, cada vez más frustrados, exigen mayor transparencia y sanciones ejemplares para evitar que este tipo de comportamientos se repitan.
Fernando Fernández, hijo del exfutbolista y entrenador uruguayo Hugo Fernández, está en el centro de la polémica. Su papel como director deportivo lo obliga a dar explicaciones, pero hasta ahora no ha hecho declaraciones públicas sobre el altercado con el fisioterapeuta ni sobre la indisciplina de los jugadores.
El fútbol mexicano atraviesa un momento complicado, con escándalos que van desde amaños de partidos hasta actos de violencia. Este nuevo capítulo en Celaya solo alimenta la percepción de que la Liga MX y sus clubes necesitan reformas urgentes para recuperar la confianza de los seguidores.