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TRUMP SE DISFRAZA DE PAPA Y DESATA POLÉMICA TRAS BROMA SOBRE EL VATICANO

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a generar controversia al compartir una imagen generada por inteligencia artificial en la que aparece vestido como Papa. La fotografía, publicada en su plataforma Truth Social, muestra al mandatario con una sotana blanca, mitra dorada y un crucifijo al cuello, levantando la mano en un gesto de bendición papal. La imagen se difundió rápidamente, incluso en la cuenta oficial de la Casa Blanca en la red social X, sorprendiendo a propios y extraños.
Todo comenzó días atrás, cuando Trump bromeó sobre la posibilidad de convertirse en el próximo Sumo Pontífice tras la muerte del Papa Francisco. Durante una rueda de prensa, al ser cuestionado sobre quién podría suceder al fallecido pontífice, el presidente respondió con su característico estilo: “Me gustaría ser yo. Sería mi opción número uno. Creo que sería un gran Papa. Nadie lo haría mejor que yo”. Sus palabras, aunque dichas en tono jocoso, no pasaron desapercibidas y desataron críticas y burlas en redes sociales.
La imagen de Trump vestido de Papa no es un caso aislado. El mandatario ya había utilizado inteligencia artificial para recrear escenarios polémicos, como cuando mostró una visión de Gaza transformada en un resort turístico de lujo. En esta ocasión, la fotografía incluye detalles minuciosos del atuendo papal, como el báculo, los zapatos rojos y el anillo del pescador, lo que demuestra el nivel de sofisticación de la tecnología empleada. Sin embargo, el gesto ha sido interpretado por muchos como una falta de respeto hacia la figura del Papa y la Iglesia Católica.
El contexto de esta publicación no es menor. La muerte del Papa Francisco, ocurrida recientemente, ha puesto al Vaticano en el centro de la atención mundial. El cónclave para elegir al nuevo pontífice está programado para iniciar el 7 de mayo, y las apuestas sobre quién será el sucesor ya están en marcha. En este escenario, las declaraciones y acciones de Trump han generado debate sobre si busca influir en la narrativa global o simplemente mantener su imagen provocadora.
Durante la misma rueda de prensa, Trump dejó entrever que apoyaría al cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, como un posible candidato al papado. “Tenemos un cardenal de un lugar llamado Nueva York que es muy bueno. Veremos qué pasa”, comentó. Aunque no lo mencionó explícitamente, sus palabras sugieren un respaldo a Dolan, uno de los 10 cardenales estadounidenses que participarán en el cónclave. Este guiño ha sido interpretado como un intento de proyectar influencia en un proceso tradicionalmente reservado y secreto.
La reacción en redes sociales no se hizo esperar. Mientras algunos usuarios elogiaron el sentido del humor de Trump, otros lo acusaron de trivializar un momento solemne para los católicos. La difusión de la imagen por parte de la Casa Blanca añadió más leña al fuego, ya que muchos consideran que una cuenta oficial no debería promover contenido de este tipo. Incluso en el funeral de Francisco, Trump ya había roto el protocolo al asistir vestido de azul en lugar de negro, lo que también generó críticas.
El cónclave que se avecina será un evento clave para la Iglesia Católica, con 133 cardenales menores de 80 años reunidos en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo Papa. Entre los nombres que suenan con fuerza están el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y Luis Antonio Tagle, arzobispo filipino considerado una opción para convertirse en el primer Papa asiático. En este contexto, las bromas de Trump han sido vistas por algunos como un intento de desviar la atención de un proceso que captará los ojos del mundo.
Más allá de la polémica, la acción de Trump refleja su estrategia de mantenerse en el centro del debate público. Ya sea a través de declaraciones provocadoras o imágenes impactantes, el presidente estadounidense sabe cómo generar titulares. Sin embargo, su última ocurrencia ha reavivado las críticas sobre su falta de tacto en asuntos sensibles, especialmente en un momento en que el mundo católico está de luto y en vísperas de un evento histórico.
A pocos días del inicio del cónclave, la imagen de Trump como Papa sigue circulando en redes, alimentando tanto el humor como la indignación. Mientras el Vaticano se prepara para un nuevo capítulo, el presidente estadounidense continúa marcando la pauta con su estilo disruptivo, dejando claro que, para él, no hay tema que no pueda convertirse en material para la controversia.

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